Una cliente cambia la vida
Fecha: 07/04/2022,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Mi nombre es Patricia tengo 29 años, soy abogada, me gradué muy joven, siempre he tenido una vida tranquila, cómo cualquiera debería tenerla, una carrera, trabajo y miras de tener una familia. En estos momentos estoy comprometida en matrimonio con el hombre más maravilloso del mundo, mi Prometido Antoni es moreno y grande muy grande, mide 1.94 de estatura, cuerpo definido por el Fútbol, su mente en ser el mejor Abogado y su miembro es la cosa más deliciosa que jamás probé, por eso y por ser mi fiel amigo es que voy a casarme con el, pero siempre he sentido las ganas de experimentar un poco más, conocer mis límites, probar el mundo y explorar todo este liberalismo y diversidades sexuales que se están aceptando más abiertamente por la sociedad. Sueños que recorren mis deseos más oscuro de erotismo, probar los labios de una mujer, sentir como otros hombres tocan mi cuerpo al mismo tiempo, sentir dentro de mi el miembro de una mujer trans, tantos sueños eróticos pasan por mi cabeza, pero no creo que Antoni quiera acompañarme en todos mis deseos así que solo serán eso... o eso pensaba.
Una semana como cualquiera en mi despacho, recibo una llamada un poco extraña.
- hola buenos días, mi nombre es Tatiana, hablo con la licenciada Contreras?
- si con ella habla, en qué puedo ayudarla?
- Necesito su ayuda con urgencia, mi marido me está demandando y quiere quitarme la empresa por la que tanto e trabajado, cuando podríamos vernos?
- claro que puedo ayudarla. venga ...
... está tarde a mi oficina y podemos hablar tranquilamente.
Quedé muy intrigada con la llamada ya que normalmente mis clientes llaman directamente a la oficina pero no me pareció extraño, seguramente algún conocido le facilito mi número, seguí trabajando como cualquier otro día hasta la hora del encuentro que cambiaría mi vida por completo.
A las horas de la tarde luego de un café y un cigarrillo en la terraza de mi oficina con mi asistente, entramos y me senté en mi escritorio, esperando impaciente a la señora que ya se estaba pasando bastante de la hora acordada y de la nada sentí un aroma distinto en la habitación, en un segundo cómo el ambiente había cambiado y la vi entrar a mi despacho. Una mujer alta, delgada con senos perfectos, un poco pequeños pero una forma hermosa, tenía una falda negra ajustada hasta sus rodillas y una blusa dorada con un escote un poco más que revelador. Su cabello dorado hasta la mitad de su espalda, sus ojos azules y unos labios hermoso y sensuales. Era como ver un Ángel que brillaba con luz propia.
-Buenas tardes licenciada, mi nombre es Tatiana, hablamos está mañana. Dice ella con su mejor sonrisa y tiende su mano hacia mi.
Quedé completamente helada, jamás alguna mujer me había dejado aturdida de esa manera, solo el tacto con su piel fue una corriente que paso directo a mi entrepierna.
-buenas tardes, es una placer conocerte, ponte cómoda, toma asiento y dime en qué puedo ayudarte. Trate de sonar lo más tranquila posible pero sin ...