El mirón II - Relatos Eróticos

El mirón II

Estamos regresando de cenar, otra vez hacia el hotel. Me encanta como lo lleva Carla. Como lleva el fin de semana, me refiero. Siempre fue una fantasía "jugar" con un tercero en la cama, y hoy ha sucedido lo más parecido que nos ha ocurrido, de momento. Y mi mujercita ha sido quién ha llevado la inciativa. Y eso me pone, me pone muy cachondo. Mientras cenábamos no he querido sacar el tema, no lo veía apropiado porque no quiero ser pesado. De echo, no le he hablado del tema, y ella tampoco. Ella actúa con total naturalidad, como si no hubiera pasado nada extraño. Eso sí, la noto cachonda. Le suele pasar cuando está recién follada, no sé si es el ciclo menstrual, pero suele tener unos dias en el mes en que está como una moto. Y me encantan esos dias. Y parece que estamos en ellos.

Después de lo sucedido, nos duchamos juntos y le pedí que se vistiese a mi gusto para ir a cenar. Y lo ha hecho. Lleva tacón alto, con sus esbeltas piernas al aire. Muy por encima de las rodillas, una faldita corta, pegada, con tanga debajo, de manera que se le dibuja perfectamente el contorno de su trasero. Encima, un jersey negro fino, sin nada debajo, de manera que con un poco de frío, o de excitación, se le dibujan los pezones. He gozado toda la velada de algunas miradas obscenas por parte de otros hombres hacia ella. Y ella se ha dado cuenta...

-¿Te pone que miren a tu mujercita, eh?

-Sabes que sí...

Pese a lo cachondos que estamos, no hemos hecho más que cenar, tontear... y ahora ...

... vamos al hotel, no sin antes pasarnos por la disco, a ver que hay.

-¿Te imaginas encontrarnos al muchacho de antes? -decido sacar el tema...-

-Bueno, si es cliente del hotel, podría suceder... aunque no creo que lo reconociese, estaba un poco lejos...

-Reconocerias su pollón, eso seguro -le sonrío, y ella me da un guantazo en el hombro, en señal de que corte el rollo... pero sonriendo...

La discoteca del hotel, para nuestra sorpresa, está bastante concurrida. Es un hotel adults only, supongo que eso influye en que la mayoría de clientes quieran tomar una copa y escuchar la música. Hay un grupo cantando en vivo, nada estridente, música jazz, suave. Vamos a la barra, pués no hay mesas libres. Gozo una vez más, con un par de miradas hacia mi flamante esposa, pues la dejo ir delante mía unos metros.... Pedimos un par de copas, y seguimos charlando, besándonos, disfrutando la velada. A veces su mirada se pierde entre la gente, a veces se pierde la mía...

-¿Estás buscando al niño pollón? -le sonrío-

-!Estás muy tonto tú!- me mira achispada, empiezo a notar en ella el efecto del vino en el restaurante, y el par de copas que llevamos- Pués cómo lo vea, a lo mejor le guiño un ojo... !ja!

Y da otro sorbo.

-Dios, que guapa eres, como me pones - la agarro con fuerza hacia mi de la cintura, y la beso con pasión...

Ella sonrie, preciosa. Seguimos charlando de cosas banales. Entonces, se disculpa para ir al baño. Sé que no solo irá al baño, que está justo en el hall ...