1. Párrafos impúdicos


    Fecha: 24/04/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: MirassoMauricio, Fuente: CuentoRelatos

    ... hay que sentir culpa de lo que sentimos? ¿De lo que hicimos? ¿De lo que estamos haciendo? Descarado aquél o aquella que desprecie todo lo relacionado al sexo, aunque sea un sexo consentido desde los cimientos hasta la cúpula. En un planeta en donde el sufrimiento fue convertido en un deporte de masas. Caradura aquél o aquella que aborrece toda cosa que tenga que ver con el placer sexual, aunque sea un placer sexual regado de amor. En un planeta en donde el dolor no tiene jerarquía alguna. Cínico aquél o aquella que siente repulsión hacia cualquier cosa relacionada al sexo, aunque sea un sexo arropado, abrigado y cobijado en el respeto mutuo. Farsante y de retórica ficticia, simulada, fingida, artificial y postiza sea aquél o aquella que dice odiar el sexo.
    
    Amo esas noches escarchadas en las que bailas o te mueves como una total desprejuiciada en la habitación, enteramente vestida por obvias razones, sí, pero la sensualidad igual se convierte en algo casi tan omnipresente como el nitrógeno. Casi el mismo amor que siento por la mejor música, el mejor cine y el mejor teatro. Me enloquece cuando juntas y aprietas tus glúteos con mis partes bajas, como si de la nada se hayan convertido en imanes de gran carga magnética. Me rocían en la mente ideas de querer sacarte algo de lo que tienes puesto, y digo “algo” para no decir “todo”.
    
    Pienso en meter mi mano dentro de tus bragas como si fueran una bolsa con monedas de oro, en meter mi mano dentro de tu corpiño como si fuera un ...
    ... pequeño maletín con dos gemas de diamantes en su interior, es así como quiero verlo. Sueño con sacarte las bragas como si fueran la envoltura de una golosina, sacarte el corpiño como si fuera la envoltura de un regalo, introducir mis dedos en tu boca como si los estuviera metiendo en un recipiente de agua tibia, es así como me lo quiero imaginar.
    
    Disfrutar de nuevo y lentamente, de la desnudez de tu cuello. De la desnudez de tus hombros. De la desnudez de tus pechos. De la desnudez de tu vientre y tu espalda. De la desnudez de tus piernas y tus glúteos. De la desnudez de tu entrepierna besándola como a un girasol. De la desnudez de tus pies. De la desnudez de tus mejores sentimientos por mí. Hacer otra vez del erotismo un gran telón de fondo, hasta bombear nuestras vidas con más vida, palpitándonos bilateralmente. Volver a trazar delicadamente con mis manos, caminos imaginarios que vallan desde tu frente hasta tu espalda alta. Desde tu nuca hasta tu espalda baja. Desde tus orejas hasta tus codos. Desde tu cuello hasta tu pelvis. Desde tus hombros hasta tus caderas. Desde tu clavícula hasta tu ombligo. Desde la vibración más viva del surco entre tus pechos, hasta tus glúteos. Desde tus muslos hasta tus tobillos.
    
    Gigantescas ganas me dan de darte un largo e intenso morreo. Un morreo extenso y potente. Un prolongado y enérgico morreo. Y al final un soñoliento morreo. Pausado, amodorrado. Un aletargado morreo. No sólo en la boca, sino también en tus mejillas, en tu cuello, en ...