1. Flashes


    Fecha: 03/05/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Me desperté ruborizado, había tenido un sueño muy vívido, algo que era realmente raro en mí. Todavía tenía las últimas imágenes en mi cabeza: ella aparecía recostada sobre la cama, apoyada sobre sus brazos, con el torso desnudo mientras mi cabeza se levantaba y se acercaba con decisión hacia sus pechos.
    
    Por supuesto, fue en este momento, y no en otro, cuando el destino decidió que era un buen momento para despertarme. Tardaría un tiempo en asimilar que mi precipitada desilusión no estaba justificada.
    
    Me desperté sin apenas abrir los ojos, el despertador no había sonado y apenas había luz en la habitación. Todo hacía pensar que el mismo sueño era el responsable de que recobrara la consciencia. Por supuesto, me quedé congelado cuando noté una mano recorrer mi muslo.
    
    - ¿Ya no te acuerdas de mí? - me susurró una voz al oído.
    
    Entonces toda la noche me empezó a venir a la mente: la cena, la fiesta, los LP, la escalera, la puerta, el hall... ¡Joder! Las últimas imágenes vinieron aún más rápidamente, sin que pudiera terminar de procesar todo lo que había pasado. ¡El salón!, ¡la cocina! ¡la cama! ¡el suelo de aquella pequeña habitación!
    
    De LP Indies
    
    "Tienes que oirlos". Sí, en efecto, es una de esas frases que decimos de carrerilla, no pensamos en cada palabra de la misma porque la frase es, en la práctica, una palabra propia. Pero me pierdo... ¿Cómo seguía la conversación? ¡Ah! ¡Sí!
    
    - ¿Tanto te gustan?
    
    - ¡Claro! Tengo hasta su último LP
    
    - Wow, ¿tienes un ...
    ... tocadiscos? Los tocadiscos me pueden, sé que no suenan mejor que un CD, pero hay algo en ellos. Tienen la misma magia que el pasar de las hojas de un libro o que el tacto de las teclas de un piano. Uno de verdad, ¿eh? Nada de esas cosas modernas.
    
    - Ven, te lo enseño
    
    - ¡¿Ahora?!
    
    - ¿Acaso tienes algo mejor que hacer?
    
    La miré fijamente a los ojos y la abracé, mis labios casi rozaron los suyos al hacerlo.
    
    - ¡Llévame! - dije mientras me separaba.
    
    Se rió. Nos pusimos en marcha. Me dirigía a su casa mientras mi brazo aún envolvía buena parte de su cintura, ella reciprocó el gesto. Una parte de mí de verdad quería escuchar el álbum, una más grande quería empezar a follar en cuanto la aguja tocara el disco.
    
    33 1/3
    
    - ¿Sabes ya lo que vas a hacer? - dijo sosteniendo el brazo mecánico con sus dedos.
    
    - Sé cómo empezar
    
    Me miró desafiante y soltó la pieza. La aguja empezó su breve caída y yo me lancé a por ella. No quería seguir viendola con aquella camisa blanca cuando la canción empezara. La aguja cayó con ese sonido típico que hace, se oía ya el ruido blanco.
    
    No tardé en alcanzar la pared y no me paré cuando lo hice. Puse mi boca en su cuello y actué como si de algún modo su cuello fuera a darme la vida. Mientras, yo desabotonaba con rapidez aquellos botones y ella me quitaba la camiseta. Tras acabar con el último botón aparté mi boca de su cuello y dejé mis labios a una milésima de los suyos. Podía sentir su respiración agitada y ella podía sentir la mía. ...
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