El nombre nunca importa (parte 1)
Fecha: 11/05/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: cuii_100, Fuente: CuentoRelatos
Era una noche de agosto, la lluvia había cesado y había invitado al frio a hacer suyo el ambiente, las cosas para aquel triste zapatero estaban mejorando; el esfuerzo no era en vano, se levantaba todos los días con los primeros rayos del sol y comenzaba a alistarse para salir, se bañaba con agua muy fría pues los gastos no alcanzaban para agua caliente, sin embargo, aquel pobre zapatero usaba eso a su favor para poder despertar más fácil. El agua caía sobre su cabeza y bajaba por todo su cuerpo, haciendo que un escalofrío recorriera su cuerpo; sus pezones se ponían duros y sus testículos se escondían al contacto con el agua.
Salía a trabajar vendiendo sus zapatitos que el mismo hacía con aquella vieja máquina de coser que tenía en su cuarto. Los días pasaban y su vida comenzaba a mejorar, ya había conseguido poner un puesto más grande en un pequeño mercado de la ciudad y los clientes ya lo buscaban específicamente a él, el negocio florecía, pero el estrés y el cansancio se apoderaban de sus noches, aquellas noches frías y lluviosas, aquellas noches de agosto.
Ese día se había levantado, se había metido a la regadera y mientras el agua fría hacía ocultar sus testículos tomo el rastrillo y comenzó a rasurarlos; lentamente pasaba la navaja por su pelvis, bajando por su pene el cual contaba de una medida regular, así seguía por toda su zona sexual, hasta dejar liso y sin vellos todos sus genitales. Se puso una de sus camisas negras y entalladas, la cual dejaba ver su pobre ...
... musculatura, se puso su pantalón más nuevo y salió de su casa listo para tomarse un día de descanso. Se encamino a tomarse un café a una cafetería local, “Punto Final”, pidió un capuchino y se sentó a observar a las demás personas. Todos los que estaban en la cafetería venían acompañados, todos excepto una chica, una chica increíblemente sexy.
Una falda negra y una ombliguera dejaba ver demasiado de esa chica, unas piernas torneadas y blancas se mantenían cerradas impidiendo ver que escondía tras esa falda; el zapatero se puso a tratar de adivinar e imaginar que llevaría de ropa interior. Lo primero que imagino fue que llevaría un tanga, tal vez rosa o roja, la cual combinaría con la falda; sin embargo, era algo muy arriesgado que llevará una tanga y una falda tan corta, a menos que se dedicará a la prostitución y ella no tenía cara de prostituta. Lo segundo que pensó fue que podría llevar un cachetero de encaje, un cachetero negro de una marca muy buena, unos cacheteros que no necesitaban ser diminutos para poder encender a un hombre, que con solo marcar su figura conseguirían parar el miembro de cualquier hombre; pero era algo improbable, al usar esa ropa se merecía una lencería más pequeña, era obvio que le encantaba mostrar piel así que los cacheteros no sería la mejor opción. La única opción que restaba era el calzón, así que la mente del zapatero comenzó a divagar al imaginar sobre cómo sería esté; sería liso, sería de encajé, sería azul o tal vez rosa. Mientras su ...