1. Cuando nada está planeado


    Fecha: 13/05/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... palpitante, agotado y ansioso, mientras Wilson continúa sobre ella, besándola y acariciando sus piernas. Pasado un rato, se coloca a un costado de ella y se dedica a acariciar sus pechos, cuyos pezones están parditos y duros, signo de que la excitación aún está viva. ¿Te gusto? ¿Cómo estuvo? Si, dice ella, estuvo súper.
    
    Quedaron allí tendidos un rato, uno junto al otro, recuperándose, sin decir nada, solo atentos al sonido de una música suave que procedía del equipo de sonido. Y, pasados los minutos, él vuelve a tener bríos y empieza a estimularse manualmente su miembro para que vuelva a despertar. ¿Quieres que lo hagamos otra vez? pregunta él… y ella responde que sí. Pues yo ya estoy listo dice, y ella, riendo dice, yo soy la que tengo que esperarte, porque no he dejado de estar lista. Bueno, demuéstramelo, dice él.
    
    El sigue acostado sobre la cama y ella, ahora, entonces, se incorpora y lo monta, tomando con la mano derecha su pene e insertándoselo dentro de su vagina. Una vez lo ha hecho, empieza a mover sus caderas rítmicamente, adelante y atrás, sin parar, suave pero continuo. Wilson empieza a gesticular, a expresar a través de las facciones de su rostro que está sintiendo placer. Ella se mueve y se mueve y él acaricia, una y otra vez, sus senos. A él le fascinan los senos de mi esposa.
    
    Poco rato después cambian de posición, ella es quien se acuesta y él quien la monta. Se ...
    ... coloca de lado formado una cruz con el cuerpo de mi mujer y la penetra. En esta posición las sensaciones que ella experimenta parecen ser más intensas. Mi esposa gime, mueve sus brazos, contorsiona su cuerpo y se aferra a las nalgas de aquel, que no deja de bombear y bombear. Luego vuelve a alinear su cuerpo con el de ella, vuelve el juego de los besos, vuelve a acelerar el ritmo de sus embestidas y ambos, esta vez, parecen haber llegado al clímax al tiempo. El ha eyaculado dentro de ella, deja de moverse, pero no saca su miembro de la vagina de mi mujer. Y ahí se quedan.
    
    Parece que se han dormido. Y, al rato, él se coloca a un costado de ella, su miembro ya totalmente flácido. Parece que ya todo acabó. Bueno, dice ella, yo creo que ya es hora de irnos. ¿Te parece? pregunto yo. Si, dice ella, creo que ya es suficiente. No me preocupo entonces, digo, porque si eso es un “rapidín”, que tal que la cosa fuera para largo. Pues si ella quiere seguir, dice Wilson, denme un chance para recuperarme. No dice ella, otro día nos programamos y le damos toda la noche.
    
    Y si lo dice ella, seguramente lo ha pensado y tiene en mente llevarlo a cabo en algún momento. En esta ocasión, sin embargo, todo se dio de manera casual y no planeada. A veces, de esos momentos, resultan las mejores folladas. Y a ella, esos momentos, inesperados y no previstos parecen gustarle. Veremos con qué sale la próxima vez. 
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