Ella: El desfase
Fecha: 17/05/2022,
Categorías:
Anal
Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... como se acercaba a su húmedo sexo. Cerró los ojos y entre suspiros se dejó hacer. El camarero bajó con delicadeza su tanga negro dejando al aire un coño rasurado. Con los labios hermosos, gordos, henchidos por la excitación y terminados en un clítoris delicioso. Lentamente fue acercándose al delicioso manjar. Se recreó en la hermosa V que tenía ante él. Le gustaba mirarlas bien, memorizarlas, deleitarse con la sensual belleza del sexo femenino, antes de actuar. Ella abrió las piernas lentamente ofreciéndole su vulva, para que la devorase. Juanfra colocó la boca sobre los labios arrancándole un suspiro profundo. Con su lengua recorrió y penetró aquel sexo. Toda la hendidura caliente y húmeda. Notando como en el interior la carne se volvía de una textura más blanda y gelatinosa. Era riquísimo comerse un coño. Y el de esta periodista de informativos era una auténtica delicia.
La mujer sentía la ardiente lengua del hombre invadiendo su jugoso jardín, despacio al principio casi de manera agresiva después convirtiendo aquel movimiento en algo único e indescriptible. Rodeaba su clítoris sin llegar a tocarlo para luego sin previo aviso pasar la lengua de arriba abajo y después se volvía a perder por su raja buscando su ano. La presentadora le miraba con deseo entregada a aquella lengua experta que la estaba llevando a un mar de sensaciones. Ella no tardó en llegar al orgasmo. No sabía si gritar, reír o llorar, mientras su caliente flujo vaginal llenaba la boca y la barbilla de su ...
... amante que lo bebía sin parar, como si lo necesitase para vivir...
La corrida la había dejado relajada y le costaba moverse. Sintió que Juanfra estaba trasteando en un cajón para luego sentarse de nuevo a su lado. La mujer se incorporó y bebió de su copa a la que ya no le quedaba hielo. Miró como el camarero preparaba unas rayas de coca sobre la mesita auxiliar de cristal:
-Qué bien te lo montas –le dijo ella con los ojos entornados y sonriendo.
-¿No quieres? –preguntó él.
-Pues claro que quiero. Necesito despejarme y echarte un polvazo.
-Eres viciosilla...
-Bueno, me gusta divertirme... Y hacía años que estaba dormida. –Comentó la mujer mientras daba un sorbo de su copa y se acomodaba sobre uno de los brazos del sofá.
Permanecían los dos desnudos, él inclinado sobre la mesita auxiliar terminando su tarea y ella con la cabeza apoyada en su mano izquierda y la pierna izquierda subida al asiento, observando la escena.
-¿...y eso? –preguntó él mientras terminaba la operación de la droga –una mujer como tú, debe conseguirlo casi todo. Eres una gran profesional, independiente,...
Juanfra le ofreció un tubito de plata y ella se inclinó sobre la mesa donde había dispuesta cuatro rayas de polvo blanco. Inspiró fuerte y todo entró por su nariz. Repitió la operación y pasó el instrumental al camarero:
-Lo de independiente es desde hace poco. Me separé al final del año pasado, después de quince años.
-Ah, no sabía nada… –dijo justo antes de inclinarse e ...