Jugando con el consolador
Fecha: 07/06/2018,
Categorías:
Masturbación
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Espero que publiques esto en tu sección de novedades, es algo que me tiene muy intrigado últimamente y, la verdad, es que no tengo las agallas de compartirlo con nadie cara a cara. De todos modos, presumo que la información que aquí descubra podrá darme una idea de lo que quiero saber.
Empezaré por comentarles que soy sudamericano y que vivo en los Estados Unidos; no me considero un hombre guapo, pero soy del tipo de hombre que, por su porte, voz y trato general, consigue a las mujeres que se propone. Nunca he tenido problemas de rechazo porque mi trato es muy cordial, soy lo que las mujeres prefieren llamar tierno, pese a esto no dejo de ser muy varonil.
Por naturaleza soy una persona muy considerada, me interesa mucho que las personas que me rodean sean felices o por lo menos estén contentas, es por ésta razón que mi desenvoltura en la cama es, por lo general, considerado muy especial y las damas que compartieron mi lecho siempre han regresado con muchas expectativas y confianzas en recibir un trato muy especial. No estoy dotado privilegiadamente o fuera de lo normal, mido 1.87 metros y todo mi cuerpo está distribuido de manera proporcional. Con esto en mente, quiero pasar a compartir algo que en los últimos dos años ha venido cruzando por mi mente con regular frecuencia. Antes de entrar en detalles, debo confesar que siempre he sido de mente abierta y eso me ha permitido lograr y hacer casi todo lo que las parejas heterosexuales hacen, todo con gusto y dentro del ...
... acuerdo mutuo. Les comento eso porque al final ustedes decidirán si ésta particular situación es el resultado de mi curiosidad o es algo más.
Como les decía, esto me viene cruzando por la mente desde los dos últimos años, he leído mucho las cartas escritas en la sección de novedades y entre las que más me intrigan son las relaciones gay. No es que las otras no me intriguen, pero éstas no las he explorado y me tienen muy intrigado. Jamás he sentido atracción por hombre alguno, es más, yo viajo mucho por motivos de trabajo y, a veces, en los aeropuertos, aviones u hoteles, suelo quedarme contemplando a los diferentes especímenes de hombres pensando si alguno me causaría el deseo natural que las mujeres me causan. Sin embargo, el otro día decidí tratar algo que me pudiese dar un punto de partida. Con tal bello motivo, me compré un consolador para damas y, en la privacidad de mi habitación, procedí a prepararme mentalmente, como si por una de esas cosas de la vida hubiera terminado una velada acompañado de un hombre.
Aquí es donde surgen aún más preguntas, este hombre que me imaginé era gay. Al mismo tiempo invadía mi mente la idea de compartir con uno de los llamados shemale, ya saben, en algunos lugares los llaman travestis, pero me refiero a mujeres con penes o a hombres con pechos, la verdad es que no sé lo que son y dudo que ellos lo sepan tampoco. La idea de mi fantasía era que, después de haber logrado llegar a mi habitación con esta persona, él estuviera al tanto de mi ...