-
Tacones de altura
Fecha: 30/05/2022, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... la exposición de mi jefe y caminaré andando con mis nuevos zapatos. Cuando llegue mi marido se encargará de pagar cualquier cosa, porque al pagar en la zapatería, me he quedado sin dinero. Salgo a la calle con mis nuevos tacones y me siento importante… ¡Admirada! Me da la impresión de que todo el mundo me observa, lo que hace que yo exagere todavía más el movimiento de mis caderas y el sonido cadencioso de los tacones sobre la acera en un “toc, toc”, rítmico y sensual. Nada más llegar a la sala de exposiciones, veo que hay mucha gente pero no encuentro a mi marido entre los asistentes. Le envío varios mensajes, pero nada. Mientras tanto, me doy cuenta de que alguno de los invitados no deja de mirarme y eso me encanta porque soy muy coqueta y me dejo querer. No dejan de servir cócteles mientras noto las miradas de todo el público presente, hombres y mujeres. Si, hoy, definitivamente... ¡Tengo que impactar a Don Daniel! - me digo a mi misma, mientras doy otro sorbo de la segunda copa de vino blanco que me acaban de servir. Es algo extraño, pero estando algo achispada y con esos tacones con tanta gente mirando, me estoy empezando a poner cachonda. Noto ese cosquilleo en mi sexo que me hace encenderme por momentos. Al final recibo una llamada de mi esposo. - Hola amor. - me dice. - Hola. ¿Ya vienes? - Cariño, me voy a retrasar, tengo mucho trabajo todavía. Ahora mismo entro en una reunión importante. - Pero habíamos quedado a las ocho aquí, en la exposición ...
... de mi jefe. - le respondo algo mosqueada. - Lo sé, amor, pero me es imposible llegar ahora. - Sabes lo importante que es para mí. - Lo sé, pero estoy seguro que te las arreglas sola durante un rato. - Cariño, yo que me he comprado los zapatos para la ocasión. Esos que siempre quise tener y que te van a encantar. - ¿Los del enorme tacón? - Sí, esos. Me he quedado sin pasta, por cierto. - Bueno, tranquila. Ahí en el cóctel no necesitas dinero. Además serás el centro de atención con esos tacones. Mi esposo me conoce bien y sabe que me he puesto guapa para el evento y esos tacones me hacen lucir aún más atractiva. - Disfrútalos y haz disfrutar a los demás. - añade. - Luego quiero disfrutarlos contigo. - ¿Ah sí? ¿Cómo? - pregunta expectante - Pues había pensado que cuando volvamos a casa podríamos jugar a eso que tanto te pone y es lo no llevar nada más que mis zapatos. Con estos voy a estar muy sexy desnuda... - Eres mala. Me la estás poniendo dura. - Por eso y con estos zapatos se te va a poner más, verás que guapa estoy. - Te imagino. - Yo me pongo cachonda con imaginar tu cara. - Me matas, cariño. - Lo sé, además, no sé por qué pero hoy estoy lanzada y creo que voy a dejarte estrenarme el culito - digo en voz baja totalmente excitada con esa conversación. - ¿En serio cariño? - responde él en tono eufórico ante esa nueva propuesta mía. Me despido mimosamente de mi esposo sabiendo que le he dejado bien caliente, pero es ...