¿Eres mi ángel o mi tormento?
Fecha: 01/06/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Maria Magdalena, Fuente: CuentoRelatos
Mi nombre es Ángel, mis padres decidieron ponerme ese nombre porque para ellos, yo era una de las cosas más puras del mundo. Siempre una buena hija, de excelentes calificaciones, servicial y amable, sin novios, ni escapadas a fiestas.
-Ángel. -Me llamo mi compañera de alado para pedirme un borrador. Y es que estaba en las últimas clases del día y justamente ese día no tenía ganas de prestar atención a la lección de Francés. Aunque desde los 18 años estaba enamorada del profesor mí, él se había convertido en lo único que pensaba en los primeros meses de la Universidad. Y es que era tanta mi atracción hacía él que con el simple hecho de escuchar su voz cerca de cuello sentía unas cosquillas que recorrían mi espalda hasta llegar a mis caderas.
El tampoco parecía indiferente hacia mi presencia. Una sonrisa al entregar mis trabajos, coqueteos y roces nos llevaron a quedar en varios momentos en su casa o en algún hotel. No había amor, solo sexo y atracción. Al ser 10 años mayor que yo tenía más experiencia que me hacía quererlo de manera encaprichada, además de que no tenía que lidiar con la monotonía del romance, pues tenía a su novia de toda la vida con la que compartía los buenos y los malos raros y conmigo solo era deseo, pasión.
Mi apariencia de niña buena, atenta lo habían cautivado y yo podía hacer y deshacer como me diera la gana, me tentaban a desafiarme e incluso a romper con mis propios principios, era su amante pero el deseo que tenía hacía su cuerpo, su voz y ...
... sus manos, me hacían estar de rodillas por él. Me hacían romper mis esquemas.
Casi nunca me permitía romper las reglas pero él era la excepción.
Una tarde de otoño fue el preludio de nuestro más apasionado encuentro. Lo recuerdo muy bien por el viento y las hojas secas que adornaban los pasillos de la universidad, llevaba pantalones de mezclilla ajustados negros, una blusa negra de mangas bombachas, chaqueta de cuero roja y mis botas vaqueras que en esa temporada se convirtieron en mi accesorio favorito.
Estábamos en la última clase del día, éramos unos cuantos en la facultad que nos quedábamos a las clases Francés, extrañamente ese día había despertado con mi libido alto, en la mañana una buena paja con mis dedos pero al llegar la tarde y verlo y escucharlo me hacía desearlo, trataba de no pensar en ello haciendo garabatos en las hojas de mi cuadernos, pero era inevitable, ver sus manos e imaginar que tocaban mi cuerpo, sus brazos, su voz, sus gemidos.
Mordía el lapicero aguantando mis ansias y apretaba los puños, no quería ser evidente frente a mis compañeros pero él me conocía a la perfección y me miraba con esos ojos coquetos que me habían cautivado. Espere que la clase terminará para acercarme a él y le susurre en el oído “En 15 minutos nos vemos en la biblioteca”.
Fui casi corriendo a la biblioteca y me asegure de que no entrara nadie, ya en ella me quede en los estantes de la parte trasera. Él sabía perfectamente en donde encontrarme porque conocía cual ...