Vacaciones de novios
Fecha: 08/06/2022,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Lo que voy a relatar nos pasó a mi actual mujer y a mi hace varios años, cuando todavía éramos jóvenes y novios. Tendríamos 23 años y era la primera vez que nos íbamos de vacaciones a la playa solos, a un hotel con todo pagado.
Nuestros días eran más o menos “monótonos”, nos solíamos levantar justo para llegar a desayunar al buffet del hotel, vuelta al cuarto a descansar, nos echábamos crema solar para ir a la playa que casi siempre concluía con un buen polvo mañanero con tanto manoseo. Bajábamos a la playa nudista del pueblo, donde estábamos casi más tiempo en el chiringuito que en la propia playa, picábamos algo, a la piscina del hotel a descansar, paseíto, cena, tomar unas copas, vuelta al hotel, y, entre que llegábamos contentillos y la juventud, solía caer otro polvete.
Ya llevábamos casi una semana, y casi siempre íbamos al mismo sitio a tomar unas copas, el pueblo no tenía mucho ambiente así que siempre había sitio para estar tranquilos. Pero era sábado y estaba todo más lleno de lo normal.
Hagamos un descanso para describirnos, mi novia (Paula), era alta, morena con pelo largo ondulado, muy buen cuerpo, le gusta llamar la atención, se preparaba mucho, le gustaba resaltar sus armas (buenos escotes y sandalias con tacón para realzar el culito), ese día llevaba un vestido playero, luciendo bien la delantera y con una buena apertura en el lateral para lucir pierna, de ropa interior llevaba una tanguita negra y un sujetador del mismo color con un poco de ...
... puntillita que se veía un poquito. Yo por mi parte (Luis) era bastante alto, siempre he hecho mucho deporte y por aquel entonces estaba bastante en forma, también soy moreno y entonces llevaba un rollo surferillo que me gustaba mucho, y de vestimenta una camiseta ajustadita y un pantalón corto.
Nos pedimos un par de copas como solíamos hacer e intentamos buscar un sitio para tomarlas tranquilamente, la cosa estaba complicada, pero en una de las mesas grandes que estaban flanqueadas por dos sofás, estaba ocupada por una pareja de unos 40 años, así que les pedimos permiso para sentarnos en el sofá vacío, y como buena pareja joven empezamos charlando de cachondeo y dándonos unos ricos morreos, besándonos viciosamente y con algún que otro magreillo. Tampoco sin excedernos, que había gente enfrente, pero tampoco es que solo charláramos. Los tragos fueron cayendo y empezamos a hablar con la pareja de enfrente. Lo típico de dónde éramos, si estábamos de vacaciones…. Les contamos nuestra vida y ellos nos contaron que vivían allí y que eran dueños de varios restaurantes y locales de la región, entre ellos el bar en el que estábamos. Desde ese momento, empezaron a volar los chupitos y la confianza empezó a crecer, de hecho, en algún momento Paula y la señora salieron a bailar.
Ellos, se notaba que se cuidaban y que tenían un status social medio alto. El (Juan) era un hombre de estatura media, fofisano que diríamos ahora, pelo rapadillo, vestía un pantalón largo azul de hilo y un nicky ...