La virginal raja de mi hermana
Fecha: 08/06/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: ElDuende, Fuente: CuentoRelatos
En mi casa paterna vivíamos, ya adultos, mi madre y cuatro hermanos, una mujer y tres hombres, yo soy el mayor de todos y mi hermana 5 años menor, en ese entonces ella contaba con 18 años. Estando una vez en mi cuarto que colinda con un baño, observé un pequeño agujero por el cual entraba un rayo de luz me asomé por él y vi la parte de abajo del baño, se me hizo extraño que hubiera un agujero precisamente allí, no volví a pensar en eso, hasta que por la mañana sentí que mi hermana se entraba en el baño.
Yo siempre había sentido mucho respeto por ella y nunca había tenido un mal pensamiento, sin embargo la idea de observar a través del agujero se apoderó de mí, en ese momento sentí un gran vacío en el estómago, mi conciencia decía que no lo hiciera, pero mi deseo era mayor y así lo hice, miré justo en el momento en que mi hermana se quitaba sus braguitas dejando al descubierto un pubis negro con poca vellosidad. Al ver la rajita de mi hermana me excité mucho y comencé a masturbarme, ella mientras tanto se tomaba todo su tiempo explorando su cuerpo, pude ver sus enormes tetas con grandes pezones, su hermoso trasero, mejor dicho me estaba dando un verdadero banquete con el cuerpo de mi hermana, estaba invadido de deseo, cundo ella se abrió sus vagina y pude ver sus rosados labios menores ya no pude más y me masturbé hasta venirme y deseé penetrarla.
Todo el día en mi oficina no hice más que pensar en mi hermana y tener fantasías con ella. Así pasaron varios días hasta ...
... que un día llegué temprano a casa y me llamó la atención ver la luz del baño encendida y que alguien se bañaba, pensé que era ella y me apresuré a entrar a mi cuarto para espiarla, pero en eso encontré la puerta semiabierta entonces entré con mucho sigilo y me sorprendí encontrarla a ella mirando a través del orificio y masturbándose, me quedé largo rato observándola y deleitándome con el espectáculo.
—¿Qué estás haciendo? —Le pregunté, ella balbuceó algunas palabras que no comprendí, la aparté del agujero en la pared y miré a través de él, y allí estaba mi segundo hermano masturbándose mientras se bañaba, volteé a mirarla y estaba pálida como un papel, en ese momento comprendí que tenía la sartén por el mango.
—No te preocupes yo mismo te he espiado mientras te bañas —le dije en tono de complicidad.
—¿De verdad? —.Atinó a responder mientras se acomodaba la ropa. La agarré fuertemente y la besé, ella apretó los labios, pero poco a poco fue cediendo hasta corresponderme, no sé cómo controlé un orgasmo en ese momento, la solté y fui a asegurar con llave la puerta de mi habitación.
—No me hagas nada, aún soy virgen —me dijo.
—No te haré nada —le dije y comencé a besarla de nuevo, la idea de que fuera virgen, antes de bajarme los ánimos me los aumentó— Únicamente te besaré el coñito —le dije tranquilizándola con lo cual ella estuvo de acuerdo.
Se acostó en la cama dejando los pies en el piso, yo procedí a quitarle sus pantys y comencé a besarle tiernamente las ...