1. La mamá de Max (VII): Sodomizada


    Fecha: 15/06/2022, Categorías: Anal Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    Ella estaba en cuatro, empinada mirando a su marido, el orgasmo que habíamos obtenido antes fue fenomenal y después de una buena chupada ya estaba más duro que un metal y decidido a continuar con el acto masoquista con Marlene, esta vez sodomizándola de su culo.
    
    Empecé lamiéndole las laceraciones de su espalda bajando lentamente en medio de su rico par de nalgas, el cornudo miraba sudoroso y continuaba a atado a la silla donde lo puso Marlene.
    
    M: ¡Uhm!! ¿Qué me vas a hacer?
    
    L: ¡Calla! ¡Solo relájate!
    
    La puse en cuatro le abrí las nalgas y comencé con un buen beso negro, mientras mis manos apretaban sus ya muy lastimados pezones, mi lengua probaba el rico sabor de su ano, ese sabor que los verdaderos amantes del sexo disfrutas, entre sudor y corrida, un verdadero manjar.
    
    Apretaba las carnosas carnes de la madre de mi amigo, mientras su marido se le notaba excitado, con ganas de desahogarse, pero continuaba atado observando como su mujer me daba su culo.
    
    L: ¡Que rico culo!!
    
    M: ¡Es tuyo papi!
    
    L: ¡Toda tú eres mía!
    
    M: ¡Ah!! ¡Qué rico se siente tu lengua!
    
    Una vez y con la lengua escalda de tanto mamarle su culo, tome un poco de lubricante y se lo coloque en su orificio, ella se estremeció y su piel se erizo, estaba aceptando lo que se venía.
    
    Tome el juguete que tiene 5 bolas de plástico duro, cada una mide diferentes tamaños, la primera mide 1 cm de diámetro y la ultima la más grande mide 7 cm de diámetro, un verdadero instrumento de tortura para ...
    ... algunos y estaba a punto de meterlo en Marlene.
    
    Empecé metiéndole el de un centímetro, lo movía en círculos para luego meterlo y sacarlo, Marlene lo disfrutaba, gemía despacio y parecía gustarle la estimulación, por otra parte, el cornudo miraba atento y sudaba al ver cómo le introducía el objeto a su adorada esposa.
    
    Decidí entonces meter el segundo circulo, esa tenía 1,5 cm de diámetro, ahí Marlene se movía rico, mis dedos también jugaban su clítoris lo que la tenía gustosa, yo disfrutaba de ya meter dos esferas de es juguete en su culo.
    
    L: ¿Te gusta chiquita?
    
    M: ¡Se siente rico, uhm!!
    
    La tercera bola era de 3 cm de diámetro, más grande que el grosor de algunas pollas, la introduje y ella lanzo un quejido muy fuerte, eso incluso puso nerviosos a su cornudo, peor yo hice caso omiso y continúe introduciéndola.
    
    M: ¡Ah!! ¡Ya me duele, ah!
    
    L: ¡De eso se trata, de dolor!
    
    M: ¡Es que ya son tres a dentro, no sé cuánto aguante más!
    
    L: ¡Y esto apenas empieza bebe!
    
    Sin decirle más le metí la de 4 cm de diámetro, Marlene gritaba, sudaba e incluso se retorcía como si se fuera a desmayar, yo empujaba con fuerza mientras le jalaba el cabello y le daba de nalgadas, todo eso ante la desesperación del cornudo.
    
    V: ¡Déjala! ¡La vas a lastimar!
    
    L: Claro que la voy a lastimar, ¡tú ni cosquillas viejo!
    
    M: ¡Ah, que dolor, ah!!!
    
    L: ¡Eso nena, grita, grita como perra, uhm!!
    
    Sin sacársela y continuando con el movimiento de las esferas, me coloqué frente su ...
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