-
Pide ayuda a su madre para satisfacer a su novia
Fecha: 19/06/2022, Categorías: Incesto Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... trágala, si te corres en su coño, lame tu leche y trágala, y si te corres en su boca... -Lamo mi leche y la trago. ¿Por qué debo hacer eso, Antonia? -Una, porque a las mujeres les gusta verlo, y dos porque así ella también se la tragará. Bésame mientras abres el botón y bajas la cremallera de mi falda. Hizo lo que le dijo y la falda cayó al piso. -Baja mis medias muy lentamente, besando y lamiendo el interior de los muslos y déjalas sobre las zapatillas y después baja mis bragas y déjalas junto a las medias. Gonzalo vio un lamparón de humedad en las bragas, y le dijo: -Tienes las bragas mojadas, madre. -¿Ya no soy Antonia? -Me excita más llamarte madre. -Si te excita llamarme madre hazlo, hijo. Le bajó las medias y las ligas besando y lamiendo el interior de sus muslos, después le bajó las bragas. De su coño peludo colgó una especie de moco. Antonia se pasó un dedo por el coño y lo chupó, después lo abrió con dos dedos, y le preguntó: -¿Sabes dónde está el clítoris? -No, madre. Se lo señaló con un dedo. -Este es el clítoris y si se sabe acariciar con los dedos o con la lengua la mujer llega al orgasmo con facilidad. -¿Qué hago? -Coge mi culo, aprieta tu lengua contra el clítoris y lame hacia los lados cómo si no hubiera mañana. Gonzalo lamió a toda hostia de un lado al otro y Antonia, en dos o tres minutos se corrió en su boca mientras sus piernas temblaban. Cuando dejó de gemir, se levantó y la besó con jugos de la ...
... corrida en la boca. Después del beso le dijo la madre: -Aprendes rápido, cariño. Ahora vamos para la habitación. Antonia, con los pies, se deshizo de las ligas, las medias, las bragas y las zapatillas. Cogió a su hijo de la mano y fueron a su habitación, allí se echó sobre la cama, y de lado, le dijo: -Desnúdate. Gonzalo se desnudó en un plis plas. Antonia se echó boca arriba. -Ven y sube encima de mí, cariño. Gonzalo subió encima de su madre. Su polla ya estaba tiesa de nuevo. Le bajó la piel y le metió el capullo. Antonia, llena cómo nunca había estado, le dijo: -¡Qué bueno! La vas a hacer muy feliz. Le echó las manos al culo, lo apretó contra ella y metió la tralla hasta el fondo. -¡Diosss, que maravilla! Bésame y fóllame haciendo palanca con el culo, despacito, muy despacito. Poco después Gonzalo ya no aguantaba. -¡Me voy a correr, madre! -Para, para. Eso es lo que tienes que evitar. Deja de besarme y piensa en un hombre feo. -Ya pienso. -Sigue. Al rato... -¡Me voy a correr en el culo del feo, madre! -Para, para, y piensa en tu abuela. -Ya pienso. Gonzalo pensaba en su abuela, Pero la tralla deslizándose por aquel apretado y húmedo túnel le daba lo mismo de quien fuera, por eso un tiempo después, le dijo: -¡Me voy a correr en el coño de la abuela, madre! -Cuenta ovejas, cariño, cuenta ovejas. Gonzalo era obediente. -Ya las estoy contando. Al ratito. -¡Me voy a correr en el coño de una oveja, ...