Disfrutando con mi mejor amigo de la infancia
Fecha: 08/07/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Maria Magdalena, Fuente: CuentoRelatos
... cuando me besó y llevó sus manos a mis caderas, fue un beso apasionado que nos puso muy calientes, y él subió mi vestido para apretar mi trasero.
Quité su playera y él su pantalón, comenzamos un recorrido por la pieza mientras se quitaba su ropa, lo lleve hasta mi habitación donde se sentó en el borde de la cama mientras me quitaba el vestido para después sentarme sobre él aún con la ropa interior puesta, me acomode y comencé a moverme para estimularlo, el solo sujetaba mis caderas para controlar el ritmo y lentamente hizo a un lado las panties, su miembro cada vez se ponía más erecto y fue cuando me recostó en la cama con delicadeza aprovechando para desvestirme con su boca y quitarme el sostén.
Ahora si estaba completamente desnuda sobre las sábanas cuando me volvió a besar y con sus dedos tocaba mi cavidad moviéndolos dentro de mi mientras reprimía los gemidos mordiéndome los labios, al introducir su miembro fue lento, pero yo pedía más con mis movimientos de cadera, cada embestida me hacía sentir el cielo.
Sólo éramos él y yo en la habitación disfrutando, explorando, gozando de nuestros cuerpos, gimiendo. Seguíamos una cadencia hasta que sentí como un líquido tibio corrió por mis piernas, se había venido acompañado ...
... de un gran gemido, lo besé y lo mantuve sobre mi un momento en un abrazo hasta que le pedí que cambiaríamos de posición para posicionarme de nuevo encima de él, y me monté, daba pequeños brincos mientras que con sus manos acariciaba mis pechos, los besaba o de vez en cuanto me daba nalgadas, yo sólo me movía con más rapidez y fuerza, estaba demasiado caliente que no me importaba cuanto ruidos, gemidos, mordiscos pudiera hacer, sólo quería más y más hasta que sentí como mis músculos se tensaban y el placer me invadió por complete acompañado de un líquido tibio correr por mis piernas, mi cuerpo mientras temblaba, me sentía en el cielo y me rocé en la cama para disfrutar el momento, podía morirme en ese momento y me sentiría la más feliz.
Me pegó a su cuerpo para besarme y cubrirme con las sábanas. Nuestras respiraciones volvían a la normalidad, no dijimos nada en un buen rato, solo disfrutamos piel con piel y algunos besos más dulces mientras acariciaba mi espalda.
No me arrepiento de haber rebasado los límites, haber roto la confianza de mi familia si entre los mejores amigos llegamos a compartir y guardar secretos para experimentar una y otra vez el deseo carnal y el placer de sentir a Ángel moviéndose entre mis piernas.