Se la meto en el trabajo
Fecha: 16/07/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos
... con todo y mi trusa, yo me quede tenso, no creía lo que pasaba, de hecho, dude un momento!
T: ¿En serio? ¿Aquí?
K: ¿Te da miedo? ¡Nadie nos vera!, no sería la primera vez que hago esto!
Comenzó a darle lamidas excepcionales a mi cabeza, bajaba mi prepucio y mordía mi puntita, yo quería gritar, pero ahogaba mi placer, lentamente lo introdujo su boca, ¡mientras entraba su lengua se encargaba del resto!
T: ¡No mames! ¡Que rico!
K: ¡No esta tan grande pero que grueso apena si me cabe!
Karina comenzó adarme una nada de lujo, abría su boca y al tragaba, se ahogaba con ella, el ruido de su boca tragando eme excitaba más, se chupábamos fluidos, comenzó a acariciarme los huevos tan rico que me sentía morir, aun así, yo vigilaba que nadie subiera y nos encontrara.
Una vez que termino de sesear su antojo de verga se puso de pie y sin decirle nada le baje el legging con todo y tanga negra, su vagina estaba depilada, se veía apetecible.
T: ¡Que rica pucha!
K: ¡Cómetela, uhm!
Se visualizaba una pucha mojada, ardiendo de deseos, comencé a sobársela con las yemas de mis manos, eso la estremeció un poco, luego lleve mi boca a sus labios vaginales, los bese, chupe y mordí, ¡luego abrí su pepa y comencé a lamerle el clítoris el cual poco a poco se inflo en mi boca!
Escurría demasiado, con dos dedos comencé a palparla mientras la besaba las nalgas y sus muslos, no eran grandes pero si ricas, Karina se mojaba cada vez más, y más, finamente la mina tuvo un ...
... orgasmo suplicándome todo.
Sin decir más me puse de pie y le alcé una pierna, medio agachado comencé a meterle mi verga, si sin condón, ¡valiéndome todo!
K: ¡Ah!! ¡Que rico!
T: ¡Uhm! ¡Que rico se siente tu pucha!
Comencé con meter y sacar rápido, nos besábamos, ella se movía también, mi grosor la tenía contenta, yo sé que ella se había comido vergas grandes pero la mía la tenía en el cielo.
K: ¡Que rico coges chiquito, uhm!
T: ¡Aprietas chingón, ya quería cogerte!
Me senté en un banco de fierro que ahí estaba y la puse a cabalgarme dándome la espalda, sus movimientos eran fantásticos, yo comencé a sobarle las tetas y apretarle los pezones, también bajaba a jugar su clítoris, ¡qué suerte que nadie nos veía!
T: ¡Que rico te mueves, uhm!
K: ¿te gusta?
T: ¡No pares nena!
Ella se daba tremendos sentones tratando de hacer el menor ruido posible, yo disfrutaba al máximo, la adrenalina era inmensa, pero seguíamos parchando como animales.
¡La puse en cuatro sobre unos cartones y comencé a masajearme con sus nalgas!
K: ¡Ya métemela!
T: ¡Pídemela mija!
K: ¡Cógeme, ándale, méteme tu grueso fierro!
T: ¡Tus deseos son órdenes!
Comencé a metérsela rápido, se la empujaba con fuerza, como yo estaba ms alto la empujaba hasta casi tirarla, ¡eso la tenía gimiendo en silencio!
K: ¡No mames, que rico!
T: ¡Que rico, uhm!
Una y otra vez la embestía, le apretaba las tetas, le daba de nalgadas, le arañaba la espalda y los muslos, estaba ...