Que gran sorpresa
Fecha: 11/06/2018,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... propuse a Patricia si no le gustaría por una noche follar con otro hombre, ella me miro como si viera un bicho raro, pero luego meditando un poco me dijo ese hombre puede ser José; “Pues claro tonta ya vistes en las fotos el pedazo de polla que tiene y a mí me gustaría probar ese coño de Mari y poder darle por el culo como hacia José en las fotografías”. Se me ocurrió una idea que era genial, buscar primero el entorno ideal, y preparar el terreno de una forma premeditada, entonces pensamos en nuestra casita de la costa, los cuatro solitos sin los niños el marco era el ideal para una buena orgía que en el fondo era lo que sin buscarlo realmente deseábamos.
Quedamos el sábado por la noche en un céntrico bar de nuestra ciudad ya les habíamos dicho que después de conocernos si les apetecía podíamos ir a nuestra casita que teníamos en un Urbanización de la costa y ellos en principio dijeron que solo les apetecía conocernos en persona y tomar unas copas. Cuando aparecimos en el bar la cara de sorpresa que se le quedo fue de película de risa pero enseguida se rompió el hielo cuando le dije a Mari que al natural estaba más buena que en Internet y José el muy golfo le dijo a Patricia que el nunca hubiera imaginado que tuviera el coño depiladito tan jugosito. Bueno y después de estos comentarios nos sentamos a tomar algo y la conversación iba subiendo de tono Mari no paraba de mirarme disimuladamente mi paquete y entonces fue cuando propuse lo de pasar el fin de semana siguiente ...
... sin los niños en nuestra casa de la costa Mari me sonrió y a José le brillaban los ojos nada mas de pensar en que podía follarse a mi mujer Patricia y por supuesto aceptaron encantados.
Por fin llegó el fin de semana, llegamos el viernes noche y a preparar la cena que ya era tarde, y para lo que yo había pensado la cena era importante, Saqué una buena botella de vino, de esas que con una copa ya lo notas. Estuvimos viendo la tele, que gracias a dios no había nada como de costumbre, empezamos con las copas y con el trivial. Comencé con las bromas de turno, y rápidamente fuimos acompañados por las risas mezcladas con el alcohol. Como las bromas Mari y yo, esta andaba pegadita a mí y agarrada, siempre con el rollo de tirarnos los tejos en broma. Pero mi mente que había organizado, todo llevaba su propio ritmo, con las consecuencias de los nervios y de nunca encontrar la manera ni la forma de decirlo. Cuando llegó la hora de retirarnos cada pareja a su habitación, Mari entró en la cocina para coger agua, yo entré tras ella riéndome de la borrachera que llevaba encima y de los comentarios de esta gente, así que cuando Mari llenaba el vaso me pegué tras ella y con y mis manos sin vergüenza se agarraron a sus tetas y Mari lejos de cortarse me cogió una de ellas y la bajo hasta su entrepierna y la acompaño por debajo de su corto vestido y ella misma me metió mi mano entre sus bragas y yo mismo pude comprobar lo mojada que estaba mientras me decía joder Mario creí que nunca te ibas a ...