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Tocando el cielo
Fecha: 19/08/2022, Categorías: Hetero Autor: JulioG, Fuente: CuentoRelatos
... labios con los mojados labios de tu sexo. Arrancándote gemido tras gemido. Temblor tras temblor. Sensaciones cada vez más y más intensas. Calambre tras calambre. Espasmo tras espasmo. Sintiendo como se acerca. Sí, se acerca ese instante tan deseado de llegar a tu explosivo orgasmo. Pellizcas tus pezones como si fueran mis manos invasoras las que te los aprietan. Metes y sacas rápidamente tus dedos, o mis dedos, recuérdalo pensándome, dentro y fuera de tu cada vez más y más encharcada vagina. Haciendo esos ruidos característicos del acoplamiento de dos sexos, entrando y saliendo, acelerando el ritmo de las embestidas. En eso está ahora tu mente. Con esa idea en tu cabeza aceleras tus movimientos. Imaginando de miembro follándote rápido. Intenso. Profundo. Sí, todo lo profundo que me permiten mis rápidas embestidas chocando contra tu cuerpo. Contra tu sexo abierto recibiéndome envite tras envite. Clavándome en lo más hondo de tu ser. Rodeándome con tus piernas. Clavando tus dedos en mi culo. Empujándome dentro de ti. Y llega. Ya llega tu anhelado deseo. Esos segundos explosivos en los que tu cuerpo se convulsiona. En los que tu cerebro solo recibe intensas ...
... descargas eléctricas de placer. Esos segundos en los que tu precioso cuerpo es ingobernable, indomable por nadie. En el que actúa solo. Por instinto. Arqueándote. Moviéndote sin control. Jadeando. Chillando. -¡Aaaah! Disfrutando casi sin conciencia. Contrayendo tu sexo. Y explotando. Esa explosión que te lleva al paraíso deseado desde que empezaste a leerme. Una explosión de un placer tan intenso, que casi es agónico. En el que tu cabeza casi estalla de la intensidad del momento culminante. Un placer que te deja exhausta. Desmadejada en tu cama. Con el cuerpo dolorido, el cabello revuelto y tu sexo aun ardiente, palpitante. Tus tetas calientes, tus pezones sensibles al mínimo roce y la piel de tu cuerpo entero sudorosa, tan sensible que es capaz de generar más placer al instante con una simple caricia. Con un dolor placentero desde tu ombligo hasta tu entrepierna, agotada, deseosa de mi compañía, de mis manos sobre tu cuerpo abrazándote. Sin aliento después de correrte tan intensamente. Relajada y con una felicidad extrema. Con una sonrisa de satisfacción en tu cara mientras te abrazas a la almohada pensándome a tu lado. Así quiero dejarte, tocando el cielo.