Madre e hija (Parte IV): Analizando a Daniella
Fecha: 20/08/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Alonso1102, Fuente: CuentoRelatos
... llevé a su cama y en mi mente solo había una idea: Tomar su virginidad anal.
Después de muchas caricias y estimulación, la volteé y la puse de perrito, la subí el vestido de su mamá hasta la espalda y comencé a pasarle la punta del pene desde sus labios vaginales hasta más arriba de su entrada trasera. Daniella movía su cadera de arriba a abajo en busca de una penetración. Penetración que invadió su vagina.
Al igual que en la cocina, la penetración fue lenta pero constante. Poco tiempo después los gemidos comenzaron a retumbar las paredes de su cuarto. Esta vez, mis dos dedos pulgares jugaban con su entrada anal, los metía alternadamente en su interior y buscaba ampliar la dilatación de su entrada dando círculos en su interior. Como respuesta al estímulo, Daniella movía sus caderas al ritmo de las penetraciones y sus gemidos iban en aumento. Me detuve un momento y le hice quitar el vestido por su cabeza, todo eso manteniendo mi pene dentro de ella.
Unos minutos más tarde, ya veía como mis dedos entraban con facilidad en su ano, incluso ambos al mismo tiempo. Había llegado la hora.
Saqué mi pene de su vagina. Ella volteó a verme, su cara era una mezcla de excitación y de temor, ya sabía lo que iba a hacer, por eso se agarró su almohada y puso su cara sobre ella apretándola fuerte al sentir como mí pene tocaba amenazante su entrada anal.
El glande comenzó a abrirse paso ante su dilatada entrada, pero no era suficiente ante el grosor de mi pene y la resistencia ...
... que ponía Daniella que presa del dolor comenzaba a quejarse. La sujeté de sus caderas y comencé a hacer presión. Poco a poco sentía como aquella resistencia iba perdiendo la batalla. Con mucha paciencia, iba presionando poco a poco en su interior. Comencé a estimular su clítoris para ayudarla a relajarse.
Entre los sollozos de Daniella, me decía que ya no quería más. Yo trataba de calmarla pero no me detenía. Llegué a meterle las tres cuartas partes de mi pene pero Daniella ya no aguantaba más, me pedía entre llantos que ya no siga, que le sacara mi pene, pero no retrocedí, sólo me mantuve inmóvil por un rato para que se acostumbre mientras mis dedos jugaban con su clítoris para mantener la estimulación y ayudar a relajarse.
Cuando los sollozos de Daniella disminuyeron me dio la señal para que comenzara a moverme muy lentamente. Las quejas de dolor volvieron, pero esta vez ya no iba a detenerme, con un poco de cuidado mantuve el movimiento de vaivén de mi pene dentro de su ano, sentía como apretaba su esfínter como señal de dolor. Poco a poco iba ganando espacio dentro de ella, sus quejas iban cambiando a suspiros ahogados. El siguiente hito fue tener todo mi pene dentro de su recién estrenado ano. Una pausa más para que se acostumbre. Ella también estaba estimulando su clítoris para facilitar la tarea.
Ya no había porque esperar, reinicié las penetraciones sobre ella, ahora con más fuerza, ahora a toda profundidad. Su cara sobre la almohada me daba la mejor vista de ...