1. Una mañana cualquiera y la mesa de cristal.


    Fecha: 27/08/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... quemarropa, en su mente se anteponía un "no lo hagas" entre su deseo de hacerlo y el deseo que se reflejaba sus ojos. Suicida e inconsciente a partes iguales se lanzó a besarle, a encontrar la suavidad de sus besos y la pasión de sus abrazos. Siendo aquellos besos la miel que endulzaba las heridas que ambos acumulaban. Siendo aquellos abrazos los que realmente les hacían prisioneros de su pasión. Dejando atrás la rutina de aquel día. Descubriéndose. Pasando a ser, el uno para el otro, un regalo que ambos deseaban y merecían. Y ya simplemente, sin remedio dejándose llevar.
    
    Él se levantó, permaneciendo ella aún sentada y como quien no lo espera pero lo desea, empezó a desabrocharse el cinturón y sus pantalones, dejando al descubierto su masculinidad justamente a la altura de su boca. Sabedora ya de lo que él anhelaba, entreabrió sus labios para besar suavemente su tallo que aún no estaba totalmente duro. Empezó a acariciar la suavidad de su piel, jugando con su lengua y recorriendo cada rincón de lo que ya dentro de su boca le sabía tan dulce. Poco a poco, lamiéndole de una forma golosa, saciándose de aquella dulzura, jugueteando para sentir y disfrutar del placer que esto a él le provocaba. Contener sus ganas de morderle sin morder. Y poco a poco, sintiendo como todo ello provocaba que a cada entrada y salida de su boca, su miembro se volviera más y más duro. Al sentirle así y verle disfrutar, su propia excitación iba en aumento y la humedad se hacía presente en su ...
    ... cuerpo.
    
    Su respiración se tornó irregular al sentir como él moría de gusto entre sus entrecortados gemidos. Su boca se entreabrió para dejarle salir, al mismo tiempo que él la levantaba bruscamente de la silla y con un solo movimiento, la obligaba a girarse, poniéndola mirando directamente hacia las estrellas. Sentía como entre suspiro y suspiro de excitación, la iba besando en el cuello. Sujetándola por la cintura, mientras que con sus fuertes manos acariciaba sus piernas subiendo hasta su trasero. Deseoso levantando la falda de su vestido, al mismo tiempo que le bajaba su ya humedecido tanga. Aproximó su cuerpo contra el de ella, situándola contra la mesa, dejando al descubierto su trasero ahora desnudo. Sintiendo el contacto de su cuerpo y entre suspiro a suspiro, segundo tras segundo, abriéndose ansiosa esperándole. Simplemente esperando para recibirle. Disfrutando ambos de aquel previo instante mientras que la realidad de la excitación de aquella imagen, les hacía sabedores que estaban rompiendo todas las reglas.
    
    La penetró, deslizándose de golpe dentro de ella con la facilidad que le permitió la humedad de su entrepierna deseosa. Sus cuerpos empezaron a moverse como si fueran ya uno. Balanceándose, sumergiéndose en las profundidades de su sudor y sus ansias. Solo así, gota a gota cayendo de sus frentes por el calor de aquel día aún de verano. Adentrándose de forma más profunda libremente entre sus flujos. Sintiéndose libres, pero siendo ambos realmente prisioneros de su ...