1. La primera vez con mi amigo


    Fecha: 31/08/2022, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Es difícil follar cuando eres una adolescente. En primer lugar, tus padres pocas veces te dejan sola en casa el tiempo suficiente para echar un polvo en condiciones (los rapiditos no son lo mío). En segundo lugar, hace falta alguien que me guste lo suficiente como para follarmelo. Su sexo me suele dar igual. Mi especialidad son las chicas, aunque solo pido que no sea un, o una, gilipollas.
    
    Noé (como el del arca, no el diminutivo de Noelia) es un poquito imbécil, pero es mi amigo y le quiero. Además es virgen y nunca he follado con un chico virgen. Bueno, mejor dicho: nunca he follado con un chico. Como dije, mi especialidad son ellas, no ellos. Así que se podría decir que también iba a ser su primera vez.
    
    Desde que le conocí y comenzamos a tener confianza, esperé con ansia que mis padres se fueran para invitarle a mi casa. Parecía el chico perfecto con el que perder mi heterovirginidad, como la llamo yo.
    
    El día de tirarmelo tardó en llegar, pero por fin, un dia, mis padres se marcharon de viaje dejándome la casa toda para mí.
    
    —Noe, ¿qué coño estás haciendo con mi cobaya?
    
    Mi amigo, imbecil con cariño, estaba sentado en el sofá y tenía a Robbie, mi cobaya, sobre la cara.
    
    Su voz sonó asfixiada bajo mi mascota.
    
    —Nada. Se subió aquí ella solita. Será que le gusto.
    
    Me acerco al sofá dónde está sentado y le quito a Robbie de encima. Me siento a su lado y dejo a mi animalillo en mi regazo. Robbie se queda quieto mientras le acaricio la cabeza.
    
    —En el baño ...
    ... hay toallitas, por si quieres limpiarte la cara -informo a Noé, viendo como se pasa la mano por la cara, quitándose las gafas para librarse de algún pelo que se le ha caído a Robbie.
    
    —Va, ahora vuelvo.
    
    Y se tarda una eternidad. Me da tiempo a aburrirme de Robbie, a encerrarle de nuevo en su jaula y a poner la tele el tiempo suficiente para darme cuenta de que no hay nada interesante. Me siento tentada de poner porno (mi padrastro tiene un Pen Drive lleno de eso y cree que yo no lo he descubierto) pero al final decido ser una buena anfitriona y no asaltarle sexualmente a la primera de cambio. Voy a por algo de beber y cuando vuelvo a sentarme, con un vaso de Coca cola light en la mano, él sale del baño. Por fin.
    
    —¿Qué, te estabas poniendo guapo, princeso? —le digo, con tono burlón.
    
    —Que va. Estaba cag…
    
    Paso de oír sus tonterías y me muero por ver que hay en sus pantalones. Dejo el vaso en la mesa. Me interpongo en su camino levantándome del sofá. Le agarro de la camisa para ponerle a mi altura y le beso. Sé que dije que no me lo tiraría a la primera de cambio pero no he estado esperando todos estos meses para ahora escuchar sus tonterías. La curiosidad por descubrir cómo es una polla, y la excitación que llevo conteniendo semanas, me empuja a actuar de manera impulsiva.
    
    El beso es intenso, casi agresivo. Él también me deseaba, aunque lo había ocultado bien. Ahora lo siento en cómo me besa, en cómo sus labios se mueven devorando mi boca. Pierdo el equilibrio y ...
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