1. Sólo una copita


    Fecha: 06/09/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Esautomatix, Fuente: CuentoRelatos

    ... más húmeda, y la volvía a sacar... al meterla jugaba con la lengua y podía sentir las venas a punto de reventar en su boca... "Mámamela... mámamela... cómetela entera", decía entre gemidos, ya muy encendido.
    
    Para entonces había conseguido con dificultad quitarle la falda y las braguitas, totalmente empapadas, y ella podía sentir gotas bajar por sus piernas, producto de su estado de excitación extrema. "Cómetela... cómetela mami, es tuya..." pedía ya sin parar, y en ese momento ella se volcó y la metió entera en la boca, toda, hasta el fondo... empezó a chupar como nunca, desenfrenada, con desesperación, mientras se agarraba fuerte a sus nalgas y trataba de meterle un dedo por el ano. El señor Arístides, el hombre, estaba entregado.
    
    De repente, la levantó y poniéndole en pie comenzó a besarle como loco, absorbiendo sus jadeos. Su mano se fue rápidamente a su sexo caliente y palpitante, para acariciar de forma magistral su clítoris. Estuvo un rato dibujando círculos de placer, mientras abría a la vez sus labios y rodeaba su vagina con sus grandes dedos, haciendo poco a poco que sus gemidos subiesen en intensidad.
    
    La sentó de nuevo en el sillón, abriéndole las piernas, y se hincó de rodillas. Frente a ella, le miró un instante a los ojos con expresión decidida, y empezó a besarle desde los pezones, bajando lentamente por el vientre, hasta llegar a su vagina. Y entonces y de un movimiento, se clavó, con la nariz y la boca, besando, mordiendo, revolcando su cara en su ...
    ... sexo. Hasta que finalmente sacó la lengua y le recorrió todo el interior de los labios de abajo hacia arriba, desde la vagina hasta el clítoris, moviéndola con un rápido vaivén de izquierda a derecha, para terminar penetrándole con la lengua hasta donde pudo alcanzar.
    
    Esto hizo que a ella se le escapasen dos palabras entre gemidos entrecortados... "¡Sí, papi!". Era tal la sensación que se olvidaba de la persona, del lugar y de todo, para pedirle que quería más, que lo quería todo. Finalmente, él la tiró a la alfombra y se puso frente a ella... la vista de su miembro hizo que Laura se estremeciese... grande, gruesa, hinchada.
    
    Se tumbó sobre ella, moviéndose en círculos juguetones, haciendo que su verga sin control se desplazase por encima, acercándola, alejándola, tocándole, rozándole la piel,... "¡Cógeme.... cógeme ya!" le dijo sin pudor alguno. Le sonrió malicioso, con un punto de lujuria, y le dijo "Calma. Que no te la vas a acabar...". Ella tenía las piernas muy abiertas, invitándole, y el finalmente aceptó, dejándose llevar y acercándose lentamente para apoyar su virilidad exactamente donde ella deseaba. Ella suspiró... "Ya", y el introdujo sólo la punta, muy muy poquito.
    
    La sacó de nuevo, y así sucesivamente varias veces. Tanteando, mojaba su glande en lo que era ya una fuente, y ella se desesperaba de ganas. "Ya!, Ya! Papi... por favor". Y entonces se la metió hasta el fondo, una penetración profunda, de un único movimiento. Y ella no pudo evitar un tremendo ...