1. Cuarentena preventiva


    Fecha: 11/09/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos

    Desde que me puse en cuarentena preventiva por prescripción de las autoridades sanitarias, ando completamente desquiciada. ¿Por qué se me ocurriría a mí acostarme con aquel hombre? Claro que..., era tan macho..., tan joven, ¿cómo podía yo sospechar siquiera que estaba contagiado de coronavirus? Fue en aquel viaje a El Burgo, durante la estancia en el refugio, en la Fuensanta:
    
    "Hace frío aquí", dije, sentada en un butacón, frente a la mesa de madera donde habíamos cenado todo el grupo, alrededor de diez mujeres que, como yo, quincuagenarias, habíamos reservado el refugio para pasar el fin de semana en plena naturaleza. "Sí", respondió alguna; "Encendemos la chimenea", propuse; "No, prefiero acostarme", "Sí, nos acostaremos, estamos cansadas", dijeron; "Como queráis, yo me quedaré un ratito más despierta", dije; "¡Oy, qué energía tienes, Gertrudis!", me dijo alguna. Todas subieron las escaleras y se repartieron por las habitaciones del piso superior; yo me quedé abajo, apagué la luz de las velas y me eché encima toda tela de abrigo que pude. Solo se oía el murmullo del viento entrando por alguna rendija y algún crujido leve de los tablones que cubrían el suelo, seguramente a causa del intercambio de calorías al haberse vaciado y oscurecido la amplia sala que era a la vez vestíbulo y que, escasa de mobiliario, tan sólo tenía un lugar para comer, una cocina de gas butano, una chimenea y un viejo sofá de cuero, todo en el mismo espacio. "Ah", pensé, "qué tranquilidad, si no ...
    ... fuese por este frío", y me encogí más bajo la ropa de abrigo. Al ir a meter las manos bajo las axilas, palpé mis gruesas tetas: los pezones duros, salidos.
    
    Me dormí. Algo me despertó. Estaba cerca de mí. Alguien me despertó. "Oiga", oí que me decían en voz baja, "puedo usar su sofá, me caigo de sueño"; "¿U-usted, quién es?", pregunté algo asustada; "El guardabosques, tengo llaves de todos los refugios, los uso cuando me hacen falta, tengo ese privilegio, ahora debo usar este"; "Bueno, use, úselo", solté. Él se dirigió al sofá y escuché el golpe de su cuerpo al caer rendido sobre el cuero. "Un hombre, un hombre y, por su voz, joven, tan cerca, debo aprovechar, no se va a negar, todos los hombres son iguales, piensan con la polla, en cuanto se la acaricie un poco"... Fue una noche inolvidable; resultó ser un semental el guardabosque.
    
    Primero follamos completamente vestidos, yo sobre él, le saqué la polla por la portañuela y me la metí en el coño bajo la falda, apartando la telita de las bragas; boté sobre él durante un rato, suficiente para correrme, luego se vino él, rugiendo de placer. Después, me desnudó bruscamente y me chupó las tetas como un cachorro hambriento, yo bocarriba, él encima, y me volvió a traspasar con su bravo y ancho cipote; su cara se contorsionaba a cada empuje, resoplaba, mis orgasmos iban y venían entre grititos y quejidos, sacó su polla y eyaculó entre mis tetas, se ve que le gustaban.
    
    Siguió follándome: por el agujerito de mi culo, yo, de bruces ...
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