La amiga de mi esposa
Fecha: 23/09/2022,
Categorías:
Fetichismo
Autor: fetichistacdmx, Fuente: CuentoRelatos
... siempre he sentido una gran atracción por los pies bien cuidados de las mujeres y los de Marcela eran más que perfectos, la descalcé con cuidado y ella se relajó mientas yo le daba el masaje.
Después de unos 5 minutos masajeándola comencé a percibir unos ligeros gemidos, se notaba que ella estaba intentando aguantar, pero cuando se dio cuenta que la estaba observando de reojo quitó rápidamente sus pies de mis piernas y se sonrojó.
-qué pasa? No te está gustando? -Le pregunté
-si pero... Me avergüenza un poco...
-tenemos rato saliendo, dime qué pasa
-bueno, pensarás que soy rara o algo así, pero disfruto mucho que alguien trate mis pies así, me causa mucha excitación y eso he provocado que varios de los hombres con los que he salido terminen conmigo, les parece algo asqueroso.
-la verdad para mí es todo lo contrario, el hecho de que una mujer tenga los pies tan bonitos y cuidados como los tuyos es un extra y algo bastante excitante para mí y al igual que tú las parejas que he tenido lo encuentran desagradable.
Ella me lanzó una mirada bastante tierna y volvió a acercar sus pies a mí.
-bueno, demuéstrame que es lo que puedes hacer con ellos...
Al escuchar esto me puse a mil, me puse a un costado de la cama y acerque su pie derecho a mi cara.
Inhalé profundamente y aún puedo recordar ese aroma dulce y bastante agradable para mí, el olor natural de sus pies se mezcló con el del sudor debido a la caminata de esa noche, pero no era un olor ...
... desagradable, al haber usado zapatillas abiertas no era tan penetrante como su olor natural.
Yo estaba en el cielo, muchas veces había notado los pies de Marcela después de regresar del spa o cuando se quitaba los tenis en su casa y veíamos películas, pero nunca me imaginé estar en esa situación y mucho menos con su consentimiento.
Después de inhalar su aroma decidí continuar y no desaprovechar mi oportunidad.
Comencé a besar sus plantas lentamente desde el talón hasta la punta de sus pies, recorrí hasta el último rincón y yo solo podía escuchar ligeros gemidos y observar como Marcela comenzaba a tocarse sobre el vestido.
No aguanté más y pasé mi lengua por esos preciosos pies, lamí cada rincón, desde el talón hasta la punta, pasando por el hermoso y pronunciado arco que tienen, solamente el recordarlo me pone la verga dura.
Sus gemidos se hacían cada vez más fuertes y después de un rato me dijo que no podía más, tuvo un gran orgasmo.
Se incorporó y se desvistió frente a mí, en ese momento pude observar por primera vez esas hermosas tetas que se cargaba, seguí mis impulsos y empecé a comérmelas mientras recorría su cuerpo con mis manos.
Ella me acomodó en la cama y bajo mi pantalón, mi verga salió instantáneamente de lo dura que estaba.
Marcela no pedido el tiempo y comenzó a acariciarla y lamerla desde la base hasta la cabeza, yo sentía como su saliva mojaba mi verga mientras empezaba a acariciarla con sus suaves manos.
En ese momento metió mi verga ir ...