1. Luis, Jacobo y un verano 32 Acuerdo con Bruno - Final


    Fecha: 13/06/2018, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... preguntó lo que quería tomar. Sin manías, tomaría lo mismo que ellos. Gustavo se levantó para ir al mostrador a pedirla, me di cuenta de que, delicadamente, deseaba dejarnos solos unos minutos. -¿Qué te parece, es guapo? -Pero Leo, a ti te gustan los mayores y este es un tipo joven y de quitarse el sombrero. –soltó una risa suave que contuvo para no llamar la atención. -Tú me enseñaste que los jóvenes no están tan mal. Dime, ¿qué opinas? -Si no lo conozco, tu lo sabrás mejor, ¿cómo es en la cama? -¡Waaauuuuu! -parecía un lobo aullando a la luna y algunos clientes cercanos volvieron la cabeza para mirarnos, sonreían comprensivos mirando la cara de total alegría de Leo. -Entonces genial, ¡felicidades chaval! -nos dábamos la mano cuando Gustavo regresó -Parece que me he perdido algo. –se había quedado de pie delante de la mesa mirando nuestra actuación. -Siéntate Gus y dale la cerveza a Luis, tenemos que brindar. -¿Por qué? -Gustavo miraba divertido a Leo. -Por que acabas de conocer a la persona que ha conseguido que estemos juntos. –no creo que Gustavo entendiera el galimatías de Leo, pero se conformó. Las salidas con Leo y el ahora su novio Gus, se repitieron incluyendo a Jacobo y Felipe. Los cuatro habíamos acabado nuestros estudios con mejor o peor fortuna, pero terminado. Jacobo se buscaría un trabajo, sin prisas, podía permitirse un año sabático. Felipe empezaría a últimos de año a trabajar en el bufete de su padre, a mover expedientes y papeles pero era algo para empezar. ...
    ... Leo continuaría estudiando, no estaba contento de lo que sabía de informática y quería conocer tanto como Gustavo, informático también. ¿Y yo? Jacobo me había dado la idea, no hacer nada en un año pero ir buscando sin prisa algo que me conviniera. ----------------------------- Con mi llegada y todo el trabajo que tuvimos, mis padres habían retrasado su marcha a la hacienda, Mamá quería estar allí por Amira que estaba a punto de dar a luz a la niña que llevaba en su vientre. No se percataba de que la chica tenía con ella a su madre. Hacía días que no tenía noticias de Bruno. Me dijo que vendría a pasar unos días con nosotros y luego volvería a su trabajo, no podía cogerse largas temporadas de vacaciones. Y así volví al ritual de la vida en familia y vagueando. Escuchaba voces sin definir en el piso inferior e imaginé que sería mamá hablando con Carmen y Silvia. -¡Hola! Enano. –Bruno me miraba desde la puerta. Delicioso, sonriente, varonil y…, estaba para morderlo, era la manzana que Eva ofreció a su hombre para inducirle al pecado. Me puse en pie para ir a su encuentro, no se movía del dintel de la puerta y aunque él permanecía como una estatua sonriente, me abracé a su cuerpo como si fuera mi tabla de salvación, ¿la única que me quedaba? Seguramente. Entonces movió sus brazos para acogerme entre ellos. -¡Gracias! Luis, ¡gracias! -pasaba su mano por mi cabello mientras la otra me sostenía apretando contra él, sujetando mi cintura. -¿Por qué me das las gracias? -Por venir, por ...
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