Fiesta en la aldea
Fecha: 14/10/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Legasex, Fuente: CuentoRelatos
... por cada rincón de la entrepierna de la señorita R, saboreé sus jugos y la penetré con mi lengua.
Ella se estremeció, gemía fuertemente y movía en forma constante sus piernas. Miraba cómo la chupaba y excitada se masajeaba sus pechos y pellizcaba sus pezones.
Al rato me separé de su sexo y miré mi verga que estaba presta a introducirse en ella y bañarla por dentro con mi carga de espeso almíbar.
Me acerqué a ella de rodillas y quiso coger mi mástil entre sus manos, pero no la dejé por miedo a acabar afuera.
Se la coloqué en la entrada de su cuevita y la penetré de un golpe. Ella se sacudió al sentir como aquel ariete le entraba de sopetón y como se le hundía en lo más hondo.
El meneo entre los dos empezó muy pronto y rápidamente adquirimos una velocidad frenética.
Excitadísima, me clavaba las uñas en el culo mientras me ayudaba a empujar más en su interior.
Estábamos por acabar los dos antes de lo deseado.
Levantó más sus piernas, colocándolas en mis hombros, anunciándome su inminente orgasmo, mientras yo le introducía mi verga pletórica, venosa, la que se estrellaba una y otra vez en su sensible sexo.
Era tal la calentura que lo hacía con inusitada violencia y ella estaba en el remolino de un placer desmesurado.
De pronto, clavó sus uñas en mi espalda, lo que me produjo placer y dolor al mismo tiempo, me apretó el culo con sus pies, curvó la espalda, irguió sus pechos y doblando su cabeza hacía atrás emitió un chillido que rápidamente se ...
... convirtió en gemido, alargándolo durante todo el tiempo que duró su orgasmo eterno.
Yo seguía moviéndome para que ella se enloqueciera aún más con aquel final esplendoroso para el fantástico polvo que había empezado hacía ya unos cuantos minutos.
Tuve que hacer un enorme esfuerzo para no acabar en el momento en que su sexo se contraía y se dilataba como ordeñándome la verga.
Escupí en mi miembro para darle más suavidad a la penetración y con uno de mis dedos empecé a masajear su clítoris. Un ruido casi musical salía del interior de ella con cada fricción lenta y profunda por los jugos que resbalaban hacia el exterior. No pude aguantarme más y acabé furiosamente.
Fue una de los polvos más maravillosos que tuve últimamente y pienso, sin temor a equivocarme, que se debió a las ganas que le tenía a esta deliciosa mujer.
Después de un rato de besos, caricias, la mire y agarre su pelo haciendo que mi miembro se quedara a milímetros de sus labios y desencajado por la calentura que me embargaba en ese momento se la introduje y empecé a moverme.
Tomé su cabeza con mis manos, la sostuve firmemente y empecé a follarla por la boca.
Esa idea me excitaba sobremanera. Ella tenía unos labios especiales, carnosos y ello me ponía a mil por hora.
Ella no se opuso y facilitó el acceso cada vez más profundamente distendiendo los músculos de la mandíbula lo más que podía.
Noté como que le venían unas arcadas y estuve por suspender todo, pero ante un gesto de ella como ...