1. Libre dos meses


    Fecha: 31/10/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... quedé en ropa interior y pude tonar una siesta de una hora, fui al baño y llené la tina y me instalé a humedecer y lavar mi cuerpo. Ya mi peló púbico estaba creciendo de la última depilada y procedí a hacer un retoque con una afeitadora. Después de secarme llamé a la peluquería del hotel a ver si podían secarme el cabello, tuve suerte y me puse una blusa y un vaquero y fui a secarle.
    
    Esa noche había decidido usar el vestido negro que compré con mi marido, con una lencería muy linda y sexy, de hilo dental para que no se notara con la fina tela del vestido. Realmente el vestido me quedaba grandiosamente bien. Resaltaba mi feminidad junto a mi cabello suelto y el collar de brillantes con unos pendientes era el único adorno, porque mi anillo de casada me lo había quitado.
    
    Cuando me vio bajarlas escaleras del lobby, la cara de Renzo era un poema, no cesó por un tiempo de alabar mi belleza y agradecer la compañía de la "mujer más bella del mundo" Realmente las miradas de las demás personas se dirigieron a mí y algunos hombres casi me desnudan con la vista. Llegamos a otro restaurante del mismo tipo anterior, ultra lujo y pocas mesas, solo con reservaciones. Me sentía una princesa halagada por un príncipe de un reino vecino. El propio dueño del local nos atendió con la mayor eficiencia y amabilidad y también alabó mi belleza y felicitó a Renzo por tan especial compañía. Cunado tomábamos café, antes de irnos, Renzo tomo mi mano entre las suyas, en silencio y con una amorosa ...
    ... mirada, De nuevo la corriente por mi columna vertebral y un humedecimiento de mi vagina. Mi mente era un torbellino con el contraste entre lo bien que me sentía y el recuerdo de mi familia. Esto último dominaba esa polaridad. Renzo me dijo que, si quería ir a bailar y dije que sí, aun sabiendo el peligro de bailar con un pretendiente tan dulce y guapo como él. Fuimos a un local pequeño, que no llegaba a categoría de gran discoteca, pero de una belleza y elegancia especial. Bailamos salsa, merengue y hasta bachata y el hombre se mostró gran bailarín que sabía conducir a una mujer en el baile, No sentamos a descansar un poco y a consumir un trago. Cuando tocan una canción italiana llamada Al di la, me dice que es su canción preferida y que la quiere bailar conmigo. Fuimos a la pista de baile donde solo estaban tres parejas más. Una música y letra hermosa y muy lenta. Él presionó un poco mi cintura y comenzamos a bailar con nuestros cuerpos muy cerca, mi busto contra su pecho y su pierna entre las mías, sin exagerar, pero en caricias reales. Me sentía flotando y debo haberlo trasmitido que tomó mi barbilla, levantó mi cara y me beso los labios con suavidad. Sentí el calor de sus labios y su aliento, me asusté y le dije que, por favor, nos sentáramos. Nos sentamos y se notaba mi turbación. Me dijo que lo disculpara, pero que había entendido por mi lenguaje corporal que podría besarme. Le respondí, que había leído bien y de seguido fui yo quien acercó los labios a su boca y le besé, ...
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