1. Mi amiga sonámbula


    Fecha: 11/11/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Su cuerpo se erizó y continúo sus movimientos y gemidos. Cabalgaba mi polla de lado, mientras me agarraba de la pierna y yo a ella del pecho y a una de sus piernas.
    
    Estaba tan cachondo y quería follar con tantas ganas que la saqué para colocarme lentamente y con movimientos adormilados, sin abrir los ojos, sobre ella. Al sacarla se colocó boca arriba mientras sutilmente se bajo los pantalones del pijama y abrió un poco las piernas. Supongo que sabía cuál iba a ser mi próximo movimiento y si no lo sabía era toda una invitación. Me coloqué encima y entró de nuevo sin problemas, sin ayuda… estaba tan mojada y yo la tenía tan dura que fuimos dos piezas de un puzle que encajaban perfectamente la una con la otra. Con el rabillo del ojo me fijé en que ella tampoco abría los ojos. Ya no podría decir si estaba dormida, despierta o sonámbula pero estábamos teniendo un polvo de la hostia. Nos movíamos lentamente pero notábamos en cada centímetro de nuestro cuerpo puro placer. Se la introducía hasta el fondo para volverla a sacar lentamente mientras ella hacia sutiles movimientos circulares. Se agarraba a la ...
    ... cama, a mi… se mordía el labio. Gemía. Su respiración se aceleraba. La sacaba, la introducía, ella me agarraba el culo, la espalda… colocaba su cara contra mi cuerpo… hasta que su cuerpo se arqueó y noté un espasmo en su cuerpo para luego quedarse en reposo… yo seguí moviéndome tras aquel momento, también me quería correr. Estaba a punto cuando ella empezó a ganar velocidad con su cuerpo haciendo que mi polla se introdujera todavía aun más si es que era posible. Me corrí y segundos más tarde se corrió ella de una forma más intensa.
    
    Nos quedamos así un rato hasta que nuestras respiraciones volvieron a la normalidad. Luego me tumbé como estaba antes de todo esto y ella se giró también en su posición original. Nos volvimos a color a modo de cuchara. Me dormí a los segundos.
    
    Al despertar, todo aquello me pareció un sueño. Desayunamos juntos como si nada hubiera pasado. Con las mismas bromas y sonrisas de siempre. Yo la miraba y recordaba lo que habíamos hecho anoche, como sentí su cuerpo desnudo junto al mío… deseé en que ojala lloviera con tanta intensidad esa mañana como lo que llovió la pasada noche. 
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