La chica del gimnasio - Relatos Eróticos

La chica del gimnasio

De lunes a viernes voy al gym para hacer ejercicios de mantenimiento y así estar en forma. Llevo yendo un par de años y por allí han pasado infinidad de monitores.

El otro día empezó a trabajar una nueva remesa de ellos provenientes de otra sucursal. Voy para eso, estar en forma y poco mas, me ciño a eso, muchos otros van cada uno a la suya, a ligar, a mirarse al espejo o porque esta de moda, el caso es que yo tengo mi pareja y pocas veces me ha interesado alguna chica de allí, y si ha sido así es por lo buena que pudiera estar y mirarla con esa fantasía que de vez en cuando tiene todo el mundo.

Uno de estos días se me acerco una de estas monitoras para enseñarme algunas pautas, madre mía que tía mas buena,al menos para mí, los labios del coño marcados tras las mallas, el culo bien delineado por la costura metida por detrás y un top de los que hacen resaltar ese par de tetas.

El caso es que a esa chica le hice tilin, creo, no se me despego en toda la tarde y al acabar la clase me comento que estaba muy acalorada por ser el primer día en ese gym y querer hacer las cosas bien, le dije, si te apetece, te invito a un refresco cuando salgamos y así te relajas,me dijo que si.

Bueno, salí del gym y la espere fuera y lo que son las cosas, no salio la chica de las mallas, salio una tía con un vestidito, tacones y el pelo suelto, la polla no tardo ni cinco segundos en parecer un estandarte, como estaba, le dije lo guapa y cambiada que estaba y me lo agradeció. Fuimos a un ...

... pub cercano y nos sentamos en el interior, el aire fresquito nos favorecería. Estuvimos hablando mogollón de rato y aprecie que no llevaba sujetador, los pezones cada vez los llevaba mas marcados, estaban durisimos, pensaba que iban a rasgar el vestido. Al tenerla frente a mi me dejaba ver sus muslos, con carne, duritos y en una de esas cambio la posición de las piernas y me dejo ver que no llevaba ni bragas ni tanga ni nada, solo, un cordelito muy fino que pensé, pues vaya, esta con la regla y lleva un tampon, tampoco me cuadraba, pero bueno, cada uno es como es. Seguíamos hablando y hablando y cada vez la conversación iba mas encaminada a lo erótico hasta que ya pasamos a hablar mas descaradamente, me gusta ir a la playa nudista, soy muy liberal, utilizo todos los juguetes de placer, eso me contaba. Llego un momento en el que dejó en la mesa un pequeño artilugio con dos o tres botones, pensé que era el mando de un garaje o similar y no, me dijo, toma, quiero que hagas que me corra aquí delante de todo el mundo, yo flipaba en colores, era el mando de un consolador a distancia y lo llevaba puesto, mi polla se salia del pantalón, estaba súper cachondo. Quería correrse alli, estaba lubricando a chorros, me decía que estaba salidisima, que quería que yo utilizara el mando a mi gusto para saciarla. Disimuladamente abrió las piernas enseñándome los muslos y se saco de su coñito ese aparatito a distancia, tiro del cordelito y sonó como cuando abres una botella de vino, lo cogió y me ...