1. Vacaciones en pareja doble


    Fecha: 21/11/2022, Categorías: Intercambios Autor: Homelander, Fuente: CuentoRelatos

    ... deteniéndose
    
    Yo: nah, tienes razón, démonos prisa –dije con la cabeza fría de nuevo
    
    Nata: ¿y si mi novio se la está follando? El tarda mucho –decía riendo, yo reía fingidamente– démosles 20 minutos, comamos pizza –decía viéndome lujuriosamente y riendo
    
    Yo: cállate pinche loca, vámonos ya –dije riendo, pero, de hecho, de pronto me preocupó que si pudiera estar pasando algo, si ella y yo tuvimos “algo” ¿por qué ellos no?
    
    Casi corría hacia el jacuzzi, Nata iba detrás de mi especialmente lento y se burlaba de mi, “hay que darles su espacio Franco, se están conociendo jajaja” yo le decía que estaba loca mientras reía, intentando no lucir como que estaba desesperado y seguía avanzando.
    
    De pronto tuve miedo, ella obviamente no estaría follando con él, pero ¿tal vez un beso? ¿Tal vez él la tocaba? ¿O ella a él? Sentí culpa, tuve miedo del karma, salimos por fin al enorme jardín y Nata le gritó a Julián fuertemente y con tono cómico “AMOOOR!”, Maldita sea, si ellos hacían algo, ella les hizo el favor de avisarles, la odié.
    
    Nos acercábamos y ellos parecían solo charlar, sabía que no los vería follando salvajemente, pero me alegré de confirmarlo. Llegamos, ellos solo ...
    ... charlaban y reían.
    
    Charlamos un rato más, parecía que todo estaba en orden. Después de una hora más (o algo así) Mariana me decía que deberíamos irnos a dormir. Nos despedimos y nos fuimos a nuestra habitación, supongo que ellos se divertirían en el jacuzzi.
    
    Mi novia y yo entramos torpemente algo ebrios a la habitación, yo iba tocándole el culo, ella reía. Apenas cerramos la puerta la empiné de pie sobre la cama con su asombroso culo hacia mi, me puse de rodillas detrás de ella y bajaba desesperadamente su bikini rojo y lamía obsesivamente su coño y entre sus asombrosas nalgotas, ella reía tímidamente como siempre cuando yo le comía el culo, a ella no le gustaba como tal, pero de vez en cuando me dejaba hacerlo solo por complacerme, esa noche tuve suerte por lo visto, o ella estaba muy cachonda, o muy ebria.
    
    Me puse de pie rápidamente, me puse el condón tan desesperadamente que casi lo rompo, la penetré de golpe y ella gemía profundamente mientras yo colocaba mis manos sobre su agradable y cálida espalda, ella se retorcía.
    
    Follamos 3 veces de una manera tan salvaje que terminamos desplomados en la cama respirando histéricamente mientras dormíamos abrazados, sudados y exhaustos. 
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