1. La vecina


    Fecha: 23/11/2022, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hace unos meses que me mude a otra casa dentro de mí mismo pueblo, de un tirón localice a los vecinos; para ver cómo me llevaría con ellos: algunos saludaban y preguntaban, pero más allá de ser cotillas…no parecen ser de los que se quejan por todo o te amargan la vida, meses posteriores de vivir allí tan tranquilo; alquilo una casa una muchacha joven que llevaba mucho tiempo vacía, era una muchacha linda y que hablaba un idioma extranjero. Como era verano, a veces se asomaba en tanga y en tetas; lindas tetas y buen culo la verdad, de cara bonita y si es lista o buena persona lo tiene todo.
    
    Porque las dos cosas, no puede ser.
    
    Muchas veces llegue a pensar que lo hacía a propósito, porque daba la casualidad; que siempre que llegaba de trabajar o que iba a trabajar, ella estaba en su ventana de esa forma. Llego la epidemia, pero ella seguía haciendo lo mismo; pasaron 1, 2 y tres semanas de estar encerrado. Ella seguía haciendo lo mismo al mismo horario.
    
    Un día, me asomo a mirarla; entonces ella abre la ventana, me sonríe y la sonrío.
    
    - Hola vecino – me dice como si tal cosa.
    
    - Hola vecina. – la saludo, un poco intimidado; perdiéndome en sus pechos que ahora veo mejor al inclinarse.
    
    - ¿estas aburrido? – me pregunta.
    
    - Claro, llevo casi 4 semanas encerrado en casa y solo. – me quejo.
    
    - Qué casualidad, yo igual; pero estaba pensando algo. – empieza a decir.
    
    - ¿el qué? – le pregunto interesado.
    
    - Tu estas solo ¿verdad? – me pregunta.
    
    - Si – ...
    ... contesto, intentando saber a dónde quiere llegar.
    
    - Yo también estoy sola, ¿no sería mejor, compartir la cuarentena? – me pregunta, dejándome alucinado.
    
    - Me encantaría. – contesto sin pensar.
    
    - ¿En tu casa o en la mía? – me pregunta.
    
    - Como prefieras. – le respondo.
    
    - Vente – me ofrece.
    
    - ¿ahora? – le pregunto.
    
    - Claro, tonto; si funciona, haces maletas y te vienes. – me responde.
    
    - ¿y si no? – le pregunto.
    
    - Hago maletas yo y me voy. – responde, dejándome claro que solo hay dos opciones; en su casa o en la mía.
    
    - Voy, espérame. – digo, ansioso.
    
    Me echo colonia, desodorante; dejo toda mi casa apagada y bien cerrada, salgo corriendo para ella y miro muy bien que no me vea nadie.
    
    Me siento como que rompo la ley, mi corazón late a mil; mi polla esta empalmada, ya me veo llegando y follandomela. Ella me espera con una sonrisa en la ventana, una vez llego a su casa; ella abre la puerta, entro y subo las escaleras. Al subir veo su culo embutido en un tanga negro metido entre sus nalgas, ella está echada para delante; asi que lo veo todo en su esplendor, ella se da la vuelta en tetas y me sonríe.
    
    - Hola – digo un poco cortado.
    
    - Pasa y siéntate, ponte cómodo; ¿quieres tomar algo? – me pregunta.
    
    - Si, un café. – respondo aun cortado.
    
    Me siento en una silla que tiene junto a una mesita, no tiene sofá; solo cama, dos sillas y una mesa. Al pasar por su lado, me besa en los labios y me sonríe; le sonrío de vuelta, mientras me hace el café ...
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