BEATRIZ... SOLANGE...
Fecha: 16/06/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues
BEATRIZ… SOLANGE… Un deseo? tener una hija, tal vez por ese eterno tema de Edipo y Elektra, no sé, siempre me gustaron las niñas, su dulzura, su inocencia, su instinto maternal… Pero tuve un varón, y luego otro, y el tercero, cuando llegamos al cuarto con mi esposa decidimos como quien dice cerrar la fábrica, no digo que los varones no me hicieran feliz, pero siempre me quedó ese sinsabor de tener una hija mujer, pareció que el destino se había ensañado con mis deseos. Mario, mi primo de sangre, y más que primo un amigo, el hermano que la vida no me dio, siempre fuimos muy compinches, disfrutamos éxitos, compartimos fracasos, esas personas que uno las ve a diario, o al menos a la semana, desde pequeños, toda una vida juntos. Él tuvo lo que yo siempre quise, una hija mujer, una niña inocente y hermosa, solo una niña, su única hija, su tesoro, su vida. Mario sabía de mi debilidad y me ofreció ser padrino de bautismo de la pequeña Beatriz, pedido que acepté con gusto. En esos días también teníamos el bautismo de Jorge, mi segundo hijo, así que en contrapartida le pedí a Mario que lo apadrinara. Por cierto fue todo bastante loco y original, no era una situación que se diera a menudo, primos, bautismos, padrinos cruzados, todo quedó en la intimidad de la familia, Pasó el tiempo y la pequeña Beatriz creció, los primeros conflictos llegaron cuando ella tenía poco más de diez años, la joven se mostraba altanera y desafiante, rebelde por naturaleza y de fuerte carácter, recuerdo ...
... las constantes discusiones entre mi primo y su esposa por los continuos desplantes de la pequeña, ella estaba en los comienzos de una edad en la que debía empezar a cuidar un poco su intimidad, para ser mujercita, pero solía andar despreocupada, con sus piernas abiertas, mostrando su bombacha quien quisiera verla, ciertamente lo hacía con inocencia, pero sin saberlo, su vida se encaminaba peligrosamente hacia un futuro incierto, y cada vez que su madre trataba de encausarla, saltaba Mario a defenderla, ‘la nena era chica’, siempre con un rol sobreprotector y poniendo el pecho a las balas. Creo que a los quince ese árbol llamado ‘Beatriz’ definitivamente había crecido torcido, lo que no se había corregido de chico, sería imposible corregir de grande, mi pequeña ahijada ya era toda una señorita, hermosa, me encantaban sus cabellos, eran lacios y castaños, largos hasta la cola, seductores, pero ella los había cortado a la nuca, rapada y se teñía a un rubio furioso, además de llevarlo perfectamente engominado, sus ojos claros casi permanentemente estaban delineados en negro, color que compartía en sus labios, dándole un aspecto muy dark, varias perforaciones en sus orejas para lucir diversos aros, las cruces eran sus favoritas, y hasta ostentaba varios tatuajes propios de su edad que la hacían ver muy provocativa. Y si hablamos de provocativa, que decir de su figura, lindos pechos, fina cintura, generoso trasero, esculpidas piernas, ella era demasiado bonita, y lo sabía, entonces ...