-
Madre hot: El enemigo en casa (2)
Fecha: 14/12/2022, Categorías: Bisexuales Autor: Alexandre, Fuente: CuentoRelatos
Mi padre cogió en brazos a Bea como quien toma una pluma de ave, tan ligera de peso era la novia de su hermano. Seguí sus pasos aturdido por lo que acababa de presenciar en el dormitorio matrimonial, y asombrado por la fría reacción de mi progenitor ante un hecho verdaderamente escandaloso: había descubierto el lado lésbico de su esposa -o sea, mi madre- y, en vez de enloquecer de furia y montar un espectáculo de escándalo y emprenderla a ostias, había optado por aguardar y tomarse la revancha de manera calculada. Es cierto que la venganza es un plato que se sirve frío. Arrojó a Bea sobre la cama de mi dormitorio, el mismo lecho que compartíamos desde hacía semanas cuando mi madre le impidió tener relaciones (ni por delante ni por detrás) a causa de piercing clitoriano que caprichosamente se había colocado sin consultar con nadie, salvo con el propio encargado del "Tattoo-shop", que tan bien la aconsejó... y tan bien se la folló. Bea aún estaba desnuda y portaba en la mano sana el consolador de mi madre con el que había experimentado tanto placer pese a tener un coño casi infantil. La muy zorra no mostró contrariedad o enojo alguno; se dejaba llevar en todo lo que mi padre urdía en su cabeza calenturienta y su polla aún más calenturienta. Yo me posicioné calladamente en el otro extremo del cuarto; mi pija estaba empalmada a más no poder. Papá se quitó el calzón y quedó completamente desnudo. No tardó mi padre en introducir su cabeza entre los muslos escuálidos de la ...
... joven. Lamió su concha depilada hasta hacerla hinchar y mojarse por la excitación. En pleno goce, la muy zorra me dirigió una mirada y se abrió de piernas todo lo posible para que yo no perdiese absolutamente nada de aquel momento. -Tócame las tetas -me imploró al rato. Mi padre abandonó por unos momentos las lametadas vaginales, alzó la cabeza y vio complacido como su cachorro se había quedado en pelotas y se incorporaba a la orgía que se avecinaba. -Magréale esos melones para calentarla todavía más -me dijo antes de volver al cunnilingus. Sentí cómo los pechos de Bea crecían todavía más a medida que le pellizcaba los pezones, y cuando la muy furcia empezaba a gritar de placer al sentirse objeto de dos machos, opté por introducirle mi polla en la boca; no fuera que aquellos alaridos despertasen a mi hermana, cuyo cuarto estaba contiguo al mío y la pared era muy delgada. La polla de papá estaba en su máximo esplendor. No se la había visto tan firme y erguida ni durante las mejores felaciones y pajas que por caridad filial le había hecho alguna de las noches que dormía conmigo, al tiempo que él simulaba soñar como un angelito. Me ofreció intercambiarnos en los lametones, de manera de que yo pasé a comerle la chucha a la zorra y él a bombearle su polla en la boca. Papá temía correrse antes de meter la verga dentro de aquel coño goloso, tal era el hambre de fémina que tenía acumulada desde hacía semanas, así que me pidió que cesara en el cunnilingus. Estaba yo en ...