Paula, la amiga de mi esposa
Fecha: 16/12/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos
... nalguitas besándole su cuello, ella, gemía y me movía su trasero muy rico.
L: ¡Siempre te eh querido coger!
P: ¡Yo a ti!
Me empujo a la pared y me bajo el pantalón con todo y trusa, al ver mi verga note como se le antojo y como la deseaba, empezó a acariciármela dándole pequeñas lamidas, yo volteaba para ver que no nos vieran, ¡Pau era una experta mamando y me estaba haciendo gozar muy rico!
L: ¡Dios, que rico, sigue, sigue así!
P: ¡La tienes riquísima, que grande que gruesa!
L: ¡Comete toda, que rico!
P: ¡Qué envidia y pensar que ella lo tiene todos los días!
Después de hacerme gozar con su boca ella se puso de pie recargándose en las escaleras empinándose muy sensualmente, yo le bajé la licra y su tanga, llevando mi lengua en sus muslos y sus nalgas, el sabor a limón de su sudor me excitaba más y más, le puse mi verga en sus nalgas, ella se meneaba muy rico, ¡la puse en medio de sus nalgas y tomándola de su cintra me la masajeaba bien rico!
P: ¡Que rica verga!
L: ¿Te gusta?
P: Mucho, ¡ya la quiero!
L: ¿Ya quieres que te coche?
P: ¡Si ya métemela, métemela toda!
La penetre despacio, ella quería sentir todo mi tronco, pero yo la ...
... lleve relajado, le acariciaba sus tetas y le apretaba los pezones, sus movimientos eran muy sensuales, mi verga era apretada y masajeada al mismo tiempo, observaba para verificar que nadie nos veía, fue entonces que acelere mis movimientos, ¡y empecé a darle más y más fuerte!
P: Así Luis, así, cógeme, que rico, ¡que rico lo haces!
L: ¡Tienes un coño riquísimo!
P: Me encanta como lo haces, métela más, ¡métela toda!
¡Sabía que en cualquier momento nos podrían descubrir, pero solo quería seguir penetrando a la amiga de mi mujer, le apretaba fuerte sus tetas ya por debajo de su blusa, subí mi pie a un escalón para penetrarla más rico, le jalaba el cabello dándole fuertes tirones, y le mordía las orejas!
P: ¡Me voy a venir Luis, ah!
L: ¡Yo también, me voy a venir!
P: ¡Dios, no lo hagas a dentro!
Se la saque chorreándole la espalda de leche, ella también expulsaba fluidos y se tambaleaba por el orgasmo, toda su espalda estaba llena de mi semen, ¡ella me volteo ver con una cara de placer que me hizo escupir hasta la última gota!
Nos despedimos normal, acordando dejar eso en secreto, me fui satisfecho y sabiendo que Paula seria mía, una amante más a mi lista.