1. Mensajeras del AMOR


    Fecha: 22/12/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... empezamos con una casulla y lo alternamos con un sagrario”, le responde la hermana mayor. Estoy perplejo y expectante pues no sé qué va a venir a continuación.
    
    Con un cierto ceremonial, pero con mucha naturalidad se desprende de su chaqueta de punto, su camisa blanca y su sostén.
    
    Tiene unos pechos medianos en forma de pera preciosos, que son coronados por sendos pezones pequeños y puntiagudos. Uhmmm que ricos!!
    
    Se pone unos guantes de látex que ha sacado de su bolsito de mano.
    
    Mientras, María Jesús sin inmutarse lo más mínimo, ha venido me desabrochado el cinturón, me ha bajado el pantalón y el slip. Me ha hecho sentar cómodamente en el sofá, con la piernas bien separadas dejando bien expuestos mis genitales. Me hace gestos para que me relaje y espere la actuación de Micaela.
    
    “Un suplicio frio le gustará”, “¿tienes el ungüento?” le pregunta Maria Jesús.
    
    “si, si lo tengo todo”, dice Micaela mientras se unta ambas manos con un líquido viscoso.
    
    Y se pone “manos a la obra”, nunca mejor dicho. Con gran meticulosidad empieza a restregar sus manos por mis muslos y entrepierna, para pasar a la zona púbica y bajo vientre. Los testículos merecen una especial atención y termina manoseando la polla que ya hace rato está bien tiesa.
    
    Con una habilidad prodigiosa alterna las manos en el masaje, en todas las direcciones y por todos los rincones. Fruto de una depurada técnica, supongo después de haber practicado bastante, sabe dar el ritmo y la presión adecuadas para ...
    ... llevarme al borde del orgasmo para luego abortarlo y permitir que el “suplicio” continúe.
    
    María Jesús dirige las maniobras desde la media distancia. Ella observa mi expresión, de vez en cuando le dice: “Yaaa!” a lo que Micaela responde con un enérgico tirón hacia abajo enérgico que me corta la respiración y también el éxtasis.
    
    Otras veces le dice: “alegro, alegro” y Micaela responde con movimientos rápidos y dando apretoncitos.
    
    Después de que me han llevado varias veces al borde mismo del orgasmo, Micaela saca otro frasquito de ungüento que me lo reparte por toda mi zona genital. Al principio no noto ningún efecto y quedo a la espera.
    
    Ellas seguro conocen lo que va a suceder y con paciencia esperan que surta el efecto deseado. Intercambian miradas de complicidad y se sonríen. Las observo con atención intentando aventurar que puede suceder ahora. De momento miro hacia abajo y veo mi polla hinchada y dura como nunca la había tenido.
    
    Igual que una erupción, una intensa ola de calor me pone los genitales y me lleva al borde de la locura. Tras la primera ráfaga, Micaela entra en acción, me moja con su saliva la punta del pene y a continuación sopla sobre él. Supongo que ha disuelto algo en la boca, pues se combina el ardor del fuego con el frescor de alguna hierba mentolada.
    
    Cuando me la menea con las manos siento un calor intenso y cuando me la chupa un alivio fresco que me lleva al cielo.
    
    Con las manos sabe hacer muchas cosas, pero con la boca, los labios y ...