1. Fui iniciado por un médico (2)


    Fecha: 18/06/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... punta de su verga en el orificio anal y después de varios intentos empezó a entrarme. Grité de dolor y quise librarme de ese ariete, pero él me lo impidió sujetándome con fuerza por las caderas.
    
    -¡Quieto, nene! ¡quieto! –me gritaba.
    
    -¡Me duele! ¡por favor! ¡me duele! –gritaba yo, pero de pronto, cuando la verga me había entrado toda, el dolor fue amenguando hasta casi desaparecer.
    
    Entonces, mientras él bombeaba, tuve una revelación tan asombrosa como angustiante para mí en ese momento: ¡estaba sintiendo placer! ¡estaba gimiendo de goce!
    
    Él se dio cuenta y después de una risita burlona me dijo entre bufidos: -Te lo dije, Jorgito; te dije que te iba a gustar…
    
    -Pero no quiero… no quiero ser gay… -dije casi lloriqueando…
    
    Él siguió con el bombeo y mientras aceleraba el ritmo, insistió: -Pero lo sos, Jorgito… Sos gay… Sos un putito, un muy lindo putito… Mi putito…
    
    Yo me sentía girando en un vértigo enloquecedor del que no podía librarme, hasta que entendí que la única manera ...
    ... era aceptar mi condición y como para ayudarme sentí en lo hondo de mi culo varios chorros de semen caliente mientras el doctor rugía bestialmente y se derrumbaba sobre la camilla.
    
    Yo caí de rodillas, incapaz de sostenerme sobre mis piernas, con el pene erecto y temblando de pies a cabeza.
    
    -Doctor, ¿puedo… puedo masturbarme? –me atreví a preguntarle. Él se reincorporó, me echó una miraba entre burlona y triunfadora y dijo: -Ah, te dejé calentito, ¿eh, nene?... Andá al baño a desahogarte, es ahí. –y señaló una puerta a la derecha de la camilla.
    
    Me masturbé afiebradamente derramándome en el inodoro y volví al consultorio respirando con fuerza por la boca.
    
    Él estaba de pie junto al escritorio.
    
    -Arrodillate, Jorgito, y ocupate de ponérmela dura que te quiero usar esa linda boca que tenés…
    
    Ante semejante posibilidad volví a temblar, porque no supe en ese momento si eso me iba a gustar o no, pero al mismo tiempo tenía conciencia de que él mandaba y yo debía obedecer…
    
    (continuará) 
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