Una salida para quitarme las ganas
Fecha: 01/01/2023,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Ketty, Fuente: CuentoRelatos
Conocer a alguien nuevo y empezar de cero a los 30 no suponía un problema. Acababa de terminar una relación de poco más de 1 año y estaba en mi mejor momento, soltera, sin hijos ni compromisos. Tampoco me apuraba conocer alguien tan pronto, quería disfrutar un poco mi soledad, pasear, divertirme, ir con amigas por unos tragos, y por qué no, cumplir algunas de mis fantasías con algún hombre guapo.
Un viernes ya tarde en la noche me preparaba para ir con las chicas a un bar de moda en ese entonces. Salí más por embullo de ellas que por ganas reales de ir. Aunque para no tener tantos deseos reconozco que me arregle como nunca.
Vestido rojo ceñido al cuerpo, escote bien pronunciado, no llevaba brasier, lo que hacía que se me notaran mis pezones cuando se erizaban con la brisa de la noche, tanguita roja de encaje, pelo negro como azabache suelto hasta la cintura, tacones altos y una pequeña cartera a juego para guardar mi labial y el teléfono, iba impecable por si la acción aparecía, nunca se sabe.
Llegamos al bar y el ambiente espectacular, buena música para bailar, no tan lleno; pedimos unos cócteles y elegimos una mesa. Antes de entrar, casi en la puerta tropiezo con un chico que cuando me di cuenta no estaba nada mal, con unos brazos musculosos y un perfume exquisito, lo sé porque caí sobre él y me agarré de sus brazos, luego de las respectivas disculpas, cada uno siguió su camino.
Tres tragos después el alcohol empezaba a hacer efecto, bailábamos sin parar en el ...
... medio de la pista cuando siento una mirada que me llegaba a incomodar, al otro lado del salón, sentado junto a la barra había un hombre bien parecido, de unos treinta tantos, alto, trigueño, con ojos color miel y no me quitaba los ojos de encima como invitándome a acercarme.
Aprovecho para sentarme un rato a la mesa y descansar los pies de tanto baile, agarro mi trago, lo llevo a mi boca de manera sensual, mientras lo miro fijo; se muerde los labios y eso me encanta. Me siento provocada y me suelto un poco, subo un tín mi vestido y abro mis piernas sutilmente. Logro la reacción deseada, lo veo que se acerca a mi mesa. Me pregunta si se puede unir y conversar un rato para conocernos y acepto sin dudar.
Se presenta y tras decir su nombre me besa la mejilla, bien cerca de mi boca, mientras apoya su mano tibia sobre mi muslo apretándome. Es bien atrevido y rápido el muchacho, me gusta que los hombres tomen la iniciativa y yo mostrarme más tímida.
Charlamos de varios temas y surge una afinidad y una atracción. Me invita a bailar y me toma de la mano. La música era bien sensual, de las que se bailan pegaditos, casi erótica, perfecta para la ocasión.
Me roza el cuello con sus labios, mientras siento su respiración agitada, sus manos que empezaron en mi cintura ya están sobre mis nalgas, y sus movimientos me tienen enloquecida. Su erección no se hace esperar, se marca el bulto en su pantalón y lo frota contra mí como calentándolo. Mis manos lo recorren completo, tocando ...