Una excitante sorpresa
Fecha: 16/01/2023,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Había llegado a casa y parecía vacía, pero al adentrarme vi que en nuestra habitación había luz, fui para allá como cada día a descalzarme y ponerme cómodo y al asomarme por la puerta te vi en la cama, estabas a cuatro patas, desnuda y de frente a la puerta y detrás de ti también desnudo y tomándote por la cintura había arrodillado un hombre, estaba quieto, como expectante de lo que estaba pasando al verme, te me quedaste mirando a los ojos y sonriéndome me dijiste –sorpresaaa-.
En ese instante recordé que hacía días me habías dicho que estabas preparándome una sorpresa que iba a gustarme mucho, nunca me habría imaginado que era eso lo que preparabas y por lo inmóvil que se había quedado tu acompañante creo que para él también era una sorpresa todo lo que habías planeado. -Esta era la sorpresa que quería darte- me dijiste, -estoy segura que sabrás apreciarla y disfrutarla como creo yo que la disfrutaras- continuaste diciéndome sin dejar de sonreírme y sin moverte. El seguía inmóvil, con los ojos muy abiertos, se notaba en su cara de asombro que recién ahora estaba dándose cuenta de que era lo que estaba pasando en esa habitación, pero tu comenzaste a arquear tu espalda hacia arriba y abajo, intentando reemplazar el movimiento que él había interrumpido al verme aparecer por la puerta y moviéndote así me dijiste –se siente muy excitante, creo que si se lo propone podría matarme de tanto placer- y acto seguido giraste tu cabeza por encima de tu hombro derecho para verlo a ...
... los ojos y moverte con un poco más de intensidad como reclamando esa muerte anunciada.
Pero estaba claro que eso seguía sin ser parte de los planes de él y soltando de tu cintura su mano izquierda te tomo del cabello y te levanto hacia el, pego tu espalda a su pecho se acercó a tu oído y en ese momento lo escuche susurrarte –si quieres que sigamos dile que se vaya- y como intentando convencerte de que tu mejor decisión era echarme a mí de la habitación comenzó a chupar y darle pequeñas mordidas al lóbulo de la oreja que había sido susurrada en ese momento a la par que levanto su otra mano de tu cintura y la llevo a una de tus tetitas y comenzó a jugar con tu parado pezoncito entre sus dedos. Mirándome me dijiste –puede que sea mejor que te vayas- y guiñándome un ojo continuaste –creo que no te gustara ver cómo me tratara y las cosas que me hará-
Me quede viéndote un instante y me gire, como yéndome del salón adyacente a la habitación, apague la luz dejándolo a oscuras pero en lugar de salirme volví y me senté en una silla que estaba en la penumbra, desde la cual podía ver toda la cama. El seguía en la misma posición en la que los había dejado, tu rodeabas su cuello con tu mano derecha, como no dejándolo que termine de besar tu oreja y tu cuello y tu mano izquierda estaba frotándose contra tu coñito, te frotabas lentamente pero se notaba que lo hacías con mucha presión, -y ahora que estamos solos que?- le preguntaste, -ahora no tienes quien te proteja- te dijo el mientras ...