Despertar caliente
Fecha: 28/01/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Valquiria, Fuente: CuentoRelatos
Desperté sintiendo tu pene duro entre mis piernas y tu mano corriendo mi pelo. El olor al sexo que tuvimos en la noche me llegó de repente. Con tus dedos suaves, pero seguros tocaste mi cuello y empezaste a contar mis costillas, de arriba hacia abajo, siempre suave, siempre seguro. Llegando abajo acariciaste mi cadera y con tu mano grande y caliente te afirmaste de mí para acercar tu pecho a mi espalda.
Seguiste acariciando mi cadera y comenzaste a acariciar mi glúteo, hacia el otro lado, haciendo que se abriera, y sentí tu pene más duro y caliente. Pensé que me ibas a penetrar, pero no lo hiciste, seguiste acariciando mi muslo y luego pusiste tu mano caliente dentro de mis piernas. Yo las abrí un poco porque quería lo caliente de ti, subiste tu mano por mi entrepierna y rosaste mi clítoris, me dio un escalofrío, acariciaste mis bellos y pensé que meterías un dedo dentro de mí, pero no lo hiciste.
En cambio, me dijiste al oído, “te la voy a comer completa”, con un susurro, con una voz también caliente. Tu mano siguió subiendo por mi guata y por entre medio de mis tetas, hasta llegar a mi pecho, me tomaste fuerte y chupaste mi oreja, todo tu pecho caliente estaba en mi espalda y tu pene entre mis glúteos, siempre caliente, duro como un palo.
Tu mano acarició mis tetas, primero suave después un poco más fuerte y cuando se pusieron duros mis pezones los acariciaste también, los apretaste un poco, sólo un poco. Y yo ya no me aguanté y me giré para besarte, te subiste ...
... arriba mío y me miraste con la mirada decidida y profunda, me sonreíste un poco y luego me besaste con enojo, me diste un beso con tus labios gordos y calientes, tu lengua entró en mi boca abierta y aun así me quemó.
Mientras me besabas yo amarré mis piernas a las tuyas intentando acercar tu palo duro a mi vagina y te rasguñé la espalda, y los glúteos. Besaste mi cuello y te tiré el pelo. Chupaste mis pezones y gemí. Bajaste tu boca a mi vagina y sentiste mi olor, nuestro olor de la noche anterior. Pensé que ibas a comérmela toda como habías prometido, pero en cambio la abriste con tus dedos calientes y lengüeteaste mis labios. Yo quería que me la comieras toda.
Después chupaste mi clítoris y me miraste maldadoso, yo te miré extasiada y mordí mi labio, pensé que meterías tu dedo en mi vagina pero lo metiste en tu boca, después en mi ano. Seguiste comiéndome y lengüeteándome, como prometiste, como anoche, pero yo te quería a ti, dentro de mí. Así que te tomé del pelo y te hice parar, me senté y tu palo duro quedó frente a mí, el calor se sentía en mi cara.
Pasé toda mi lengua por él e intenté comerme la punta, pero tú ya estabas listo y yo también, así que te tiré en la cama y me subí arriba tuyo.
Te enterré en mí y tu calor subió por mi espalda, llegó a mis tetas y se quedó en mi cara.
Te cabalgué intentando que entraras más en mí, que me partieras en dos, te cabalgué y te cabalgué hasta que me faltaba el aire, sentí tus manos en mi cintura, en mis pezones, en mi ...