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Gang Bang interracial
Fecha: 04/02/2023, Categorías: Sexo Interracial Autor: Forman, Fuente: CuentoRelatos
Aquel día sorprendí a mi marido masturbándose viendo una película. En ella se podían apreciar a 9 negros follándose a una mujer de tez blanca y ojos verdes. Madura y rellenita. Esa mujer era yo y tengo 48 años. -Joder, Patricia. Cómo me gusta esto... -Te dieron bien ehh? Me llamo Patri y aquel día estaba muy cachonda. Tanto que llamé a mi mejor amiga, Isa para que me diera una solución. Fui a su casa y me explicó el juego. Me dio una tarjeta con una dirección y fui a un bar en el que ponía...."El Cantor de Jazz". Cual no fue mi sorpresa que cuando entré todo el mundo era de color. Así las cosas, le di aquella tarjeta a una camarera y me indicó una sala en la que ponía en grandes letras de neón... "PRIVATE". -Si no te decides... di que no. Sales y te invito a una cerveza. Me llamo Erica. -Vale... Me dirigí toda en ascuas y abrí la puerta. En estas me salió un enorme y musculoso hombre de color seguido de 4 más con sus fuertes y rasurados torsos desnudos, los 5 tocándose los huevos mientras me miraban unos las tetas y otros el coño de hito en hito con no poco deseo. Estaban cachondos perdidos. Me sentí mitad intimidada, mitad cachonda. Un cien por cien... curiosa. -Qué quieres? -Me llamo Patri y vengo a que me deis una solución a mis calenturas. Mi marido está de viaje y... -5 de los 6 sacaron sus vergas casi en erección. De sus pantalones brotaron 5 penes tremendamente negros de unos 18-19-20 centímetros cada uno. El sexto hombre tomó ...
... una cámara y comenzó a grabar la escena casi erecto. Por lo que fuere no atiné a negarme. -Ohhh... no me imaginaba esta sorpresa... Tanteé esas 5 vergas y noté como mis pechos se ponían en erección mientras que mis bragas se mojaban paulatinamente. No me dieron tiempo ni a desnudarme porque me vi en un instante arrodillada con mis blancas y colgantes tetas de madura al aire y chupando 5 vergas con sus 10 huevos repletas de venas y negras como el tizón. Tenía tanta polla alrededor que ni siquiera me había fijado en las caras de esos sujetos que tanto placer me iban a dar. Estaba exhausta de tanto chupar. No daba abasto. Me sentía una zorra pero eso me gustaba sobremanera. De repente el más grande me cogió en brazos y me llevó a una sala mientras el resto de esa tribu imposible le seguía con sus pollas de lado a lado debido a lo tremendo de sus erecciones. En esa sala había un sucio catre y me desnudaron a excepción de mis zapatos no sin sobar mis tetas, culo y coño. Uno de ellos me besó en la boca sabiéndome delicioso su aliento y lengua. Nunca me había besado un negro. La habitación era llena de espejos y mientras tanto, al de la cámara no se le escapaba ni una sola toma. Ese gran hombre me puso a cuatro patas y me folló sin compasión alguna. Yo gemía como un animal. Otro de ellos me ensartó la boca con cuidado de no hacerme daño con ese rabo de ébano y un tercero me aculó como pudo no sin dificultades. Con los dos restantes, así sus pollas con mis ...