1. Perversiones conyugales


    Fecha: 12/02/2023, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... estaba dura como una piedra y yo totalmente empapada. Habíamos acabado el libro. Federico no dijo nada, me hizo levantarme, me subió la falda, me bajó la braguita, metió un dedo en mi intimidad, comprobó que estaba excitada, lo chupo, me hizo girar y luego bajar hasta que su arma se fue introduciendo suavemente en mi funda vaginal.
    
    Le cabalgué muy despacio mientras sus manos sobaban mis tetas y sus dedos apretaban mis pezones enhiestos. Yo me acariciaba el botón endurecido del placer. Mi marido se controlaba, sólo cuando sintió que me alcanzaban los primeros temblores del orgasmo, comenzó los empujes salvajes de su pelvis que me volvieron mas loca llevándome al más allá cuando su semen se derramó en mí.
    
    Nos fuimos a la cama, desnudos jugó conmigo hasta que logró hacer que me fuera otras dos veces. Por la mañana, me despertó y aprovechando mi somnolencia me poseyó como un salvaje sólo ocupado de su propio placer.
    
    Cuando me levanté, estaba sola en casa. Me había dejado una nota en la biblioteca.
    
    “Mi diablillo me he llevado las películas y los grabados. Dale la pasta a Mónica para que los pague YA. Un mordisco donde tú sabes. Te veo por la noche.”
    
    Me dejó extrañada el cambio de tono de mi marido, lo que unido a su actitud de la noche anterior me hizo pensar que aquellas pinturas y películas le habían afectado. Telefoneé a Mónica para que pagara el encargo y quedé con ella por la tarde. Su “a sus ordenes, jefa,” me encendió.
    
    En el tiempo que llevábamos juntas ...
    ... se había acostumbrado a llamarme Jefa y Patrona, enseguida entendí por qué. Le encantaba ser mi sumisa, obedeciendo mis ordenes y estando siempre dispuesta a darme placer. Dos veces en semana venía a casa, primero me hacía un resumen de su actividad laboral; después parada , con los ojos bajos, la sonrisa pícara curvando sus labios gordezuelos, me preguntaba: “ Jefa ,¿ qué desea que haga hoy?”
    
    Se había convertido en una buena alumna, una experta en comerme el coño y en darme placer con sus grandes pechos. Sabía jugar con ellos sobre mi piel desnuda y pasear sus pezones enhiestos por el valle de mi sexo logrando mi orgasmo con su roce continuado en el clítoris.
    
    No tenía nada que hacer hasta que viniera Mónica o regresara mi marido, decidí subir al desván, no lo había hecho nunca, sabía que allí estaban recuerdos de la vida anterior de mi esposo, muebles que había apartado al casarse conmigo, pero cuando bajó con el proyector la noche anterior, me picó la curiosidad.
    
    Había dejado la llave en su mesita de noche, la agarré y subí al piso superior. La puerta estaba cerrada. Mi casa es un edificio en dos plantas, en la baja, a la altura del jardín y la piscina, está nuestro dormitorio con su vestidor y baño, el salón comedor, la cocina, la biblioteca que sirve también de lugar de descanso y trabajo, otro baño, pocas habitaciones pero muy grandes. El piso de arriba cuenta con dos dormitorios para invitados, antes uno lo ocupaba la difunta hija de mi marido, con un baño cada ...
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