1. El baño del cine


    Fecha: 20/06/2018, Categorías: Gays Autor: luisjose1985ab, Fuente: SexoSinTabues

    Nunca me he puesto a pensar mucho sobre mi vida, tal vez sea por eso que algunas veces estoy insatisfecho haga lo que haga. Una celda, esposas y las leyes que tanto me han agobiado gracias a mis padres. Fumaba, bebía, cogía y todo a escondidas de mis viejos. El régimen militar en mi casa no me permitía vivir como quería así que tengo un postgrado en escapar de la casa, inventar excusa y tergiversar cualquier situación que ponga en peligro mi libertad. Así transcurrió mi adolescencia con muchos caramelos de mentas, con mudas de ropas en el bolso, colonias y un grupo de trucos. Siendo la sombra de un perfecto hermano mayor que había marcado la ruta de integridad para mí. A los 17 años no hay algo que moviera más mi mundo que el sexo, desde que tuviera mi primera vez a los 14 años todo giraba sobre el todopoderoso sexo, sexo, sexo y mas sexo. El liceo, la urbanización eran el centro de mis muchas víctimas gracias a la calentura y de mi verbo. No voy a mentir, no siempre fui tan así, hubo una chama de tantas que logro que no fuera más un animal sino algo más civilizado, tonto, sumiso, cursi y embobado. A los tres meses de esa gran relación me botó para el carajo. Tras unos cuantos días de sufrimiento porque en la adolescencia todo es amplificado creo que perdí parte del respeto por las chamas, ya no era el chico que llevaba flores al liceo para su novia, ya no era el chico que hacía que muchas murieran de envidia por lo detallista y lo bobo porque no encuentro otra palabra ...
    ... para describir ese tipo de relación en donde los corazones, los te amo y Cupido reinan. No abrí mi corazón para nadie más ahora era el terror de la urbanización, del liceo, de todo sitio en donde pudiera matar mi calentura. Los chocolates los cambie por condones, los besos de piquito que tanto me daban ahora tenían mucha lengua y nada de vainas cursis en la cama. Pero no todo fueron tetas y vaginas, entre tantos días que no pude salir de casa por mis esporádicos castigos tuve que buscar otras formas de satisfacer mi sed de sexo y no me refiero a las pajas. Deivi, el era mi vecino y uno de mis mejores amigos. Se había ganado la confianza de mis padres, el fue el mejor promedio en su liceo y pertenecía a un equipo de Karate lo que una y otra vez, llevo a mis padres a compararme con él y su disciplina. Lo que no sabían ellos es que mi mejor amigo también era muy disciplinado en cuanto a mamarme la verga. Todavía recuerdo aquella tarde cuando mis padres me dejaron solo un fin de semana. El alcohol y un porro, hicieron de las suyas. Deivi termino por desinhibirse y llevado por los efectos de las drogas y de la calentura en la adolescencia, los dos estábamos en mi cama desnudos yo con una cerveza en mi mano mientras mi amigo me hacia la mejor mamada de mi vida. Él entre mis piernas, metiéndose mi verga larga hasta el fondo una y otra vez hasta hacerme acabar. No recuerdo cuanta veces eyacule solo recuerdo que al día siguiente me ardía la verga de tanta acción aunque no pude lograr ...
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