1. Amigos para siempre: Resucitando la pasión


    Fecha: 20/02/2023, Categorías: Anal Autor: enredada, Fuente: CuentoRelatos

    La situación se me antojaba un poco surrealista. Mis dos mejores amigos, el feliz matrimonio con quien tantas reuniones bodas y bautizos había compartido, estaban allí dándome placer. Buscando el suyo propio a través de mi cuerpo, un cuerpo que usaban a su antojo para devolver el morbo y el deseo a sus vidas.
    
    Sin embargo no encontraba nada extraño en aquello. Estaba tan cómoda follando con ellos como lo habría estado viendo una película, los tres tirados en el sofá como solíamos hacer de jóvenes.
    
    Había temido un poco la reacción de Raquel. Al fin y al cabo una cosa es fantasear y otra muy distinta vivirlo. Tenía mis dudas de que al final, cuando me viera en brazos de su marido no se sintiera extraña y celosa pero la verdad es que no había más que verla. Era con mucho la que más estaba disfrutando de los tres.
    
    Mario me regaló otro orgasmo lento y profundo antes de que Raquel nos arrastrara al dormitorio. Parecía dispuesta a ser la directora de orquesta de aquella improvisada sinfonía.
    
    Me tumbó en la cama, de espaldas, con las rodillas justo en el borde y le indicó a Mario que se sentara junto a mi cabeza. Cuando él se arrodilló detrás de mí, sentado sobre sus talones, con las piernas entreabiertas de modo que sus huevos casi descansaban en mi frente y su miembro flotaba sobre mi cara, ella le entregó mis tobillos dejándome doblada en forma de pinza y totalmente expuesta.
    
    -Ábrela para mí, cariño -Le dijo con un arrastrar felino en su tono de voz que provocó que ...
    ... la habitación se llenase de erotismo al instante.
    
    Era su juguete, su regalo y estaba dispuesta a disfrutar de mí. El abrió mis piernas con fuerza, los tacones miraban al techo como dos monolitos en un paraíso fetichista. Mis labios se abrieron dejando escurrir el fluido acumulado de mi éxtasis anterior. Ella se agachó y empezó a lamerme muy despacio mirándole a los ojos, su lengua dibujaba un recorrido desquiciante. Subía desde mi ano, pasando por mis labios hasta llegar a mi clítoris inflamado donde se entretenía en rodearlo una o dos veces antes de volver al punto de partida.
    
    Su lengua arrancaba gemidos profundos en cada uno de sus paseos, era una tortura deliciosa, tan lenta y sensual, tan cálida. Me retorcía de placer mientras mi cuerpo se convulsionaba tratando en vano de acelerar el proceso, de saciar mi ansiedad que crecía por momentos rozando la locura.
    
    Se compadeció de mi porque hundió de pronto la cara en mi sexo y me penetró con la lengua haciéndome tocar el cielo. Su húmedo apéndice giraba en mi interior, me frotaba con su cara, con su barbilla, con su nariz... Mis manos se enredaron en su pelo, necesitaba controlar esa cabeza, saber que no se alejaría de pronto. Abrí los ojos, la polla de Mario se erguía ante mis ojos. Gotitas de líquido pre seminal de deslizaban por su glande y caían sobre mis labios abiertos. Quise saborearlo, levanté mi cabeza tratando de alcanzarlo, mi legua se deslizaba por su tronco hasta sus huevos y volvía a subir, con un castigo ...
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