1. El joven macarrilla, me seduce y termina llevándome a su casa. 4ª parte.


    Fecha: 21/06/2018, Categorías: Gays Autor: chichos91, Fuente: SexoSinTabues

    ... crecía cada vez más. Me hacía poner los ojos en blanco, y me aferraba más con mis brazos al jovencito, pegando mi cara a su vientre. ¡Dios que gusto! estaba sintiendo tanto gusto, que hasta abrí la boca, y metí la polla flácida del jovencito en ella, dándome ganas de morderla y comérmela toda; yo creo que le hice la mejor mamada que jamás le hicieron. No me tragaba las pelotas, porque no podían entrar, sino también me las trago. Le estaba dejando la polla más limpia y reluciente al jovencito, que nunca en su vida había tenido. Ahora notaba un chorro continuo llenarme el culo, y cada vez aquello lo llenaba más y mas. Era el esperma del perro, que estaba inundando mi culo. Cuando el perro hubo acabado de montarme, y por fin salió la polla de aquel perro de mi culito, empezaba a salirme a borbotones el semen que me había metido. ¡Dios!, ahora me estaba volviendo a lamer el agujero del culo, metiendo su lengua en él, pareciendo que estuviese bebiendo con una cuchara el semen que me estaba saliendo por él. Me estaba volviendo loco, y aquello parecía interminable, hasta que por fin paró, pudiendo empezar a reponerme, de aquella follada que me había dado el perro. ¡Dios! estaba extasiado. El cuerpo me hervía, las piernas y el culo me temblaban. La polla no la tenía erecta de todo, pero me colgaba junto a las pelotas, y no dejaba de gotear semen. El joven macarrilla, que hasta entonces solo había estado como espectador, viendo como era montado por el perro, se acercó a mí, ...
    ... ayudándome a levantar. Me rodeó con sus brazos, mientras buscaba mi boca, dándome un beso, a la vez que metía su lengua, saboreando mis labios. Me fue llevando al sofá donde estaba sentado él, haciendo que le mordiera las tetillas, mientras me iba empujando hasta su sexo. Abre la boquita, anda- Abre `y chupa mi polla, que me va reventar. Abrí la boca, mientras iba chupando aquella larga polla; la chupaba como si fuera un caramelo; me paraba en la cabeza, succionando el semen que le adornaba el glande, a la vez que con una mano acariciaba y estrujaba sus pelotas. Noté como por la cintura me cogía el viejo, mientras yo seguía con aquel caramelo en mi boca. Notaba al viejo hurgar con sus dedos en mi hoyito, a la vez que decía, ahora si que tienes bien abierto el culito, putito. Parece una almejita abriéndose para beber. El joven macarrilla se sentó sobre el brazo del sofá, a la vez que sujetaba mi cabeza, y acariciaba mi pelo y orejas, mientras yo le estaba realizando aquella fenomenal mamada. Suspiraba de placer, a la vez que me pedía que siguiera; mmmmmmm, sigue putito sigue ¡oooooooohhhhhhh! mmmmmm. El viejo sacó los dedos de mi culito, llevando ahora la punta de su polla hasta mi agujerito, colocó la punta en la entrada a mi culito. Mientras yo seguía con la chupada a la larga verga del joven macarrilla, me sujetó con las manos mis caderas, dando un meneo a su pelvis, me enterró su tremendo pollón en mi culo. ¡Ohhhhhhhhhhh! ¡Dios! me había enterrado aquel monstruo de una estocada, y ...