Regalo a mi esposa en nuestras vacaciones
Fecha: 21/06/2018,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Somos un matrimonio joven, ella 25 y yo 30, llevamos 3 años de casados y 6 de pareja y siempre hemos tenido una vida sexual muy activa y sana, pero últimamente por el trabajo y el estrés, yo no he podido responderle en la cama como antes y no es por falta de ganas, solo es fatiga y lamentablemente varias veces ella se ha quedado con ganas de sexo. Mi mujer, Karina es bajita de estatura, piel muy blanca, cabello largo y ondulado color negro, es muy delgada, su cuerpo es atlético, muy bien torneado pues hace mucho ejercicio para mantenerse en forma, sus tetitas son pequeñas pero firmes y unos pezoncitos cafés que al mínimo roce reaccionan poniéndose muy firmes, tiene una cinturita muy marcada y caderas anchas y unas nalgas increíbles, grandes, redondas y muy firmes y un par de piernas gruesas, fuertes, torneadas. Le gusta vestir entallada y ese trasero suyo pareciera que quiere reventar todos sus jeans, sin duda nunca pasa desapercibida de las miradas, especialmente las mías. Hace 2 semanas nos fuimos de vacaciones a Puerto Rico, llevábamos esperando estas vacaciones con ansias porque los dos estábamos muy presionados en nuestros trabajos. Y yo pensaba que con 1 semana de relajación, la playa, el sol, iba a volver a satisfacer a mi mujer como se merece. Ella es una mujer reservada, le cuesta socializar, es introvertida y algo tímida y seria con personas que no conoce y no es muy abierta a experimentar cosas nuevas sobretodo en el sexo. Hasta antes de nuestro viaje a Puerto ...
... Rico yo era el único hombre con quien ella había estado en la intimidad, pero yo la notaba inquieta precisamente porque llevaba un tiempo quedándose a medias por mi culpa, aunque nunca se quejó ni me reclamó, al contrario, se mostró comprensiva, pero yo me sentía muy mal por eso. Llegamos a Puerto Rico a una de sus playas, nos quedamos en un hotelito muy tranquilo y acogedor, todo el personal nos trató con mucha amabilidad y los primeros 3 días fueron relajantes, sin embargo yo aún no podía responderle en la cama. El 4 día yo tenía ganas de salir a tomar algo a algún bar, pero ella no quiso ir estaba cansada y prefirió quedarse en la habitación y me animó a que yo fuera solo, así lo hice y me fui a un bar con un ambiente juvenil, música muy moderna y muchos jóvenes bailando. Yo me senté en la barra pedí una bebida y el barman, Robert un chico puertorriqueño de piel negra, de unos 21 años, alto como de 1. 90 metros, muy delgado, me atendía muy amable y me pregunto que si algo me pasaba porque me veía preocupado en vez de disfrutar la noche como todos, yo seguía tomando los tragos que me servía y empecé a desahogarme contándole mi situación, no sé porque algo en el me daba la confianza para decirle los problemas que había con mi pareja en la intimidad. El me escuchaba atento y me daba animo y aliento, le enseñe fotos de mi mujer en mi teléfono y el me decía que le parecía muy atractiva mi mujer y eso en vez de molestarme me animaba a mostrarle más fotos de ella, presumiéndole a mi ...