En el hospital
Fecha: 21/06/2018,
Categorías:
Masturbación
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Ok, es la primera vez que escribo una de mis experiencias en alguna parte, pero tenía que contar este evento que me paso esta semana y que me encantó que pasara. Por motivos de privacidad, diremos que mi nombre es Isabel; tengo 27 años y vivo en alguna parte del Área Metropolitana en Puerto Rico. Ok, no soy muy alta, mido 5'6"en medidas americanas, soy algo gordita, tengo el torso pequeño por condición de nacimiento, y no tengo mucha pompa; sin embargo, tengo grandes senos, 38 DD, mi cabello es negro rizo con rayos rubios y cortado en capas. Mis piernas son algo delgadas, pero están bien torneadas, brazos delgados y finos, mi panocha es grande y gorda, sobresale en un pantalón pegado, y mi piel es color caramelo. Ya con esa descripción inicio mi relato. Desde que tengo uso de razón, me encanta masturbarme y siempre que podía hacerlo sin que mi hermana se diese cuenta lo hacía sin chistar. Cuando cumplí los dieciséis, recuerdo que me acosté a dormir una noche y estaba súper bellaca, así decimos cachonda por acá; ya para ese entonces tenía mi propio cuarto y yo tendía a masturbarme sólo introduciendo mis dedos en mi vagina. Pero ese día quería más y por eso busqué con qué penetrarme. Y se resolvió con mi cepillo para el cabello. Me dolió un poco, pero fue la mejor sensación del mundo y desde esa he estado adicta a la masturbación. Ya lo he hecho de varias formas, en varios sitios; uno de mis sitios favoritos es en el estacionamiento de mi trabajo, en mi auto y al mediodía, ...
... pero ya eso es para otro relato. Lo que les voy a contar en este relato sucedió está semana y solo recordarlo me excita sobremanera; aquí vamos. Bien, está fue la situación; la semana antes del Labor Day, en USA, yo estuve experimentando un ardor en la orina. Naturalmente, fui al hospital para tratar mi malestar. Resultado? Resultó que tenía una infección de orina, por andar aguantando las ganas de ir al baño por horas, y me prescriben mi receta. Qué con eso? Esto: seguí el tratamiento y no funcionó; así que tuve que volver al hospital sintiéndome morir. Me dejaron admitida esa misma noche. Ok, ya para el viernes me sentía bastante bien, pero tenía un problema: me iban a dejar admitida por casi 14 días y ya a mí me estaban dando ganas de jugar, lo hago casi a diario; esa noche, mi madre se estaba quedando conmigo en el hospital y me había ayudado a bañarme, pero cuando me acosté en la camilla me quedé con un pequeño malestar: odio usar ropa interior, en especial panties. La solución al problema fue la siguiente: esperé a que se quedará dormida y me quité los pantalones del pijama y luego el panty. Pero encontrarme desnuda del torso para abajo sobre la cama me excitó sin idea. Sin pensarlo mucho, me subí la camisa hasta la mandíbula y me acaricié los senos con apuro, pellizcando mis pezones en el proceso, y me fui quitando las cobijas con cuidado de no hacer ruido, mi madre dormía justo a mi lado y había otra paciente durmiendo al mi otro lado; ya descubierta, comencé a masajear ...