1. Ana y su pago del alquiler


    Fecha: 12/03/2023, Categorías: Hetero Autor: salieri, Fuente: CuentoRelatos

    El timbre sonó. Ana miró hacia la puerta sabiendo quien era la persona que llamaba. Esta mañana, Luís, su casero, le había llamado para recordarle que se pasaría a cobrar la mensualidad y la deuda de otros meses sin pagar. Ana sabía que no tenía dinero para pagarle. Apenas habían pasado un par de meses desde que perdió su trabajo y era complicado encontrar un trabajo en este momento donde además tenía que compaginar con sus estudios.
    
    Ana volvió a mirar con miedo hacia la puerta, esperando que Luís pensara que no estaba pero, para su desgracia, volvió a sonar el timbre acompañado de varios golpes en la puerta. Ana se levantó, tomó una bocanada de aire y abrió la puerta. Apareció la silueta regordeta de Luís con poco pelo, medio calvo y rondando los cincuenta años. Sonrió dejando ver algunos de sus dientes torcidos para después saludar de forma burlona. Ana le devolvió el saludo.
    
    Luís mantuvo su sonrisa lasciva con la que siempre había mirado a Ana, parecía no importarle que casi le duplicase la edad ni la cara de desprecio de Ana cada vez que lo hacía. Desde el primer día que se había conocido como casero y rentista, Luís no había escondido ninguna de sus miradas. Ahora se deleitaba con la figura pequeña que a pesar de su tamaño tenía unas buenas curvas. La camiseta de tirantes blanca permitía poder tener una buena vista de pechos los cuales se insinuaban por debajo de la camiseta. Su vista siguió hacia abajo, imaginando las curvas y la piel que habría bajo la tela ...
    ... hasta llegar a su cintura donde volvió a parar para recrearse. Los shorts de color gris que llevaba Ana se ceñían a la cadera y seguro que le marcaban de una forma increíble. Luís se decepcionó al no poder comprobar su teoría sobre el culo de Ana, pero seguro se las ingeniaba para acabar corroborando. Los shorts se acaban bastante pronto y daban a paso las piernas desnudas de Ana donde no era necesario imaginar nada. Luís se podía detener y deleitarse con cada centímetro de piel blanca y disfrutar de las curvas de sus muslos. Llevó su mirada hasta sus zapatillas. No era un fetichista de los pies pero tenía curiosidad por saber si se habría pintado las uñas. Recorrer con la mirada a Ana desde arriba hasta abajo sin dejar un centímetro sin escrutar había encendido aún más a Luís que no necesitaba demasiado para calentarse con su inquilina. Además, había algo en la combinación de conjunto que incitaba a Luís a dejar volar su mente hoy más que nunca.
    
    Regresó con su mirada a mirar a Ana a los ojos. Se aclaró la garganta y con un hilo de voz, sin dejar de sonreír dijo
    
    - Son seis meses. Cinco de retrasos y uno aún vigente. Ya hemos hablado sobre la obligación de pagar las deudas. Sé que no tiene trabajo, pero necesito el dinero, esta casa tiene gastos, no se mantiene solo y no le saco ningún rendimiento.
    
    Luís tenía una voz particular. Algo aflautada, pero con ritmo constante y cortante. Como el de un adolescente que intenta agravar su voz para imponer pero sin llegar a ...
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