¿Estás despierta?
Fecha: 15/03/2023,
Categorías:
No Consentido
Autor: Esautomatix, Fuente: CuentoRelatos
Al despertar, lo primero que veo es a ti. Despeinada, con los ojos cerrados, y tu cara totalmente relajada, descansando. El camisón blanco de raso, con pequeños encajes, deja entrever tus atractivas formas. Despertarte justo ahora me resulta muy apetecible, y pienso en las posibles maneras de hacerlo para que no te enfades por ello.
Se me cruza por la cabeza una maravillosa idea, que te gustará... ya lo creo que sí. Me quito la ropa interior, y me meto bajo las sábanas muy lentamente. Te mueves un poco, balbuceando algo ininteligible y te vuelves a acomodar todavía dormida. Te observo, maravillosamente hermosa, no quiero que te despiertes aún.
Retiro delicadamente los tirantes de tu camisón, bajando la parte de arriba hasta tu cintura, tus pechos están libres. Sé que te encanta verme por la mañana con una erección tan evidente, rara es la vez que no me levanto así, y la vista de tu cuerpo ayuda a que no tarde en hacerse extraordinaria.
Pongo mi pene entre tus pechos, e intentando apoyarme sin hacer mucho movimiento, te rozo, lo acojo con ellos. Ahora sí me gustaría que despertases, que abrieses los ojos y me vieses así, bajo las sábanas, con mi miembro en tus tetas y tu boca muy cerca. Y que pasases la lengua despacio por la punta, mientras te miro a los ojos perplejos.
Me sitúo detrás de ti, con mi lanza enrojecida alojada entre tus nalgas. Alargo el brazo y rozo con la punta de los dedos por encima de tus braguitas escotadas. Te toco ligeramente en el ...
... interior de los muslos entreabiertos, y voy subiendo despacio hasta la zona del clítoris. Noto como te tensas, te mueves y dejas deslizar un pequeño gemido, medio dormida. Y sigo acariciándote muy despacio, levantando un poco la tela y dejando que la punta de los dedos resbale en una humedad cada vez más evidente. Tu respiración se agita, y se te escapan algunos suspiros.
Poco a poco empiezas a ser consciente de que el sueño que crees tener, es una realidad. Giras la cara hacia mí y tus manos se acercan a mi cabeza, para acariciarme el pelo. Me miras, los ojos aún entrecerrados… "¿Pero qué... qué estás...?"
No puedes ni hablar, echas la cabeza hacia atrás y la boca se te abre sola, con pequeños gemidos que no puedes evitar. Intento besarte, quiero respirar tu excitación, pero me tiras inconsciente del pelo y tengo que apartarme. Aunque el placer que te proporciono lo recompensa con creces.
He captado tu atención, ahora ya estás despierta y te tengo excitada como quería. En un acto de perversidad paro en seco y me aparto, y tu cara de asombro y de incomprensión me dicen que no te gusta la idea. "¿A dónde vas?". "Espera un poco", digo, mientras me estiro hacía la mesita de noche, abro el cajón y saco tus medias.
"Dame las manos" te digo muy serio. "Es una broma, ¿verdad?", con cara de cierto enfado. "¿Quieres quedarte así, o quieres esto?”, digo, mientras señalo a mi miembro a punto de reventar. "Pues dame las manos". Aceptas a regañadientes, y te ato al cabecero de la ...