1. Anna no deja escapar trenes


    Fecha: 18/03/2023, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... escasos centímetros de su cara.
    
    Cumplió las mismas caricias pero esta vez sobre su trasero hacia sus tobillos… poco a poco la suavidad fue cogiendo fuerza, acariciaba con la mano abierta, apretando y dándose el capricho de palpar cada centímetro a su voluntad… Ella seguía con los ojos cerrados y la boca abierta… 3 minutos después, Gerard le asestó una palmadita que le hizo volver a la realidad. La realidad donde ella, a escasos metros, estaba viviendo un enorme placer, mientras tenía a su novio en el comedor.
    
    Otra vez, volvieron al comedor, sin apariencia de lo que realmente había sucedido… Nosotros estábamos tranquilos, hablando y riendo, haciendo bromas de bailes, seguíamos con YouTube y bailarines e intentábamos hacer lo mismo, vamos, parecíamos payasos moviéndonos.
    
    Los 4 reíamos, no volvimos a probar “manjar”, estaba cerrado encima de la mesita, nadie había hecho el intento a coger más, no nos hacía falta, estábamos a gusto y estábamos disfrutándolo, nos mirábamos sonriendo de complicidad…
    
    Sin saber el motivo, yo me encontraba sentado junto a Carla, y mi mano disfrutaba de su pelo, mientras Carla disfrutaba del masaje que le estaba proporcionando en la cabeza dejándola con los ojos medio abiertos.
    
    Anna, en cambio, tenía su mano en el muslo de Gerard, inmóvil, pero cogido con fuerza. No recuerdo de que estaban hablando, yo seguía disfrutando de un trozo de nuestra amiga.
    
    Al poco rato, Anna dice: Gerard, ¡cocina!
    
    La cogió de la muñeca y la dirigió ...
    ... hacia el pasillo, esta vez cerraron la puerta del comedor. Andando por el pasillo no se detuvieron en la cocina, siguieron caminando hacia la habitación de matrimonio que tenemos al fondo del piso. La cama estaba hecha, la habíamos preparado por si se quedaban a dormir. Cerraron su puerta, lo hicieron con sumo cuidado…
    
    Gerard, ordenó a mi novia Anna, que se estirara en la cama y cerrase los ojos. En esos momentos, según ella, su corazón no dejaba de latir a gran velocidad, sentía su corazón muy, muy rápido. Sabia lo que quería, no quería que volviese a dejarle con mas ganas desde las dos últimas veces que habían pasado por la cocina.
    
    Nota como los dedos de Gerard, recorren su cuerpo por encima de su ropa, de sus muslos, de su camiseta media subida dejando su abdomen desnudo. Se dejaba hacer, disfrutaba con casa contacto de él, no quería que se detuviese, quería sentir más y sin pensárselo dos veces, abrió la bragueta de su short, arrancando el primer botón con la intención de que su amigo dejara de acariciar por la tela y comenzase a sentirlo piel a piel.
    
    Anna creía que se le saldría el corazón por su boca, boca que no dejó de gemir muy levemente cada vez que Gerard manoseaba su monte venus, rozaba sus pezones o cuando pasaba los dedos por sus labios, casi introduciéndolos y jugar con la punta de su lengua.
    
    Le quitó la camiseta a su amigo, no quería solo dejarse hacer, quería tocar y abrazar el cuerpo de su amigo, que tantas veces había visto, pero que esta vez era ...
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