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La patrona, premio mayor
Fecha: 19/03/2023, Categorías: No Consentido Autor: ALEJOGOMEZ6991, Fuente: CuentoRelatos
... menos eso fue lo que yo había dicho pero la verdad no hice nada. Llegaron entonces mi cuñadita con su hijastra Miranda ambas muy elegantes y guapas pero definitivamente mi cuñadita Ruddy al ponerse nuevamente su traje de gala negro de la ves pasada se veía muy apetitosa, también asistieron los 20 empleados que nos quedaban, operarios en su mayoría, un mensajero y un conductor, también asistieron mi esposa Mónica y nuestro hijo Jerry. La fiesta comenzó sin contra tiempos y yo precavidamente había comprado mucho trago por lo que los empleados estaban tranquilos aunque no dejaban de preguntarme a qué horas pagarían? Por su parte Ruddy me preguntaba a qué horas llegaba el prestamista? Y a todos les tomaba el pelo diciéndole ahorita, ahorita.. Hasta que mi cuñadita Ruddy me hizo llamar a la oficina realmente estaba muy preocupada lo primero que me pregunto; Ruddy: Gerardo quiubo de su amigo el prestamista? Gerardo: Cuñadita creo que es el fin. Ruddy: No me diga eso que paso ahora? Gerardo: Cuñadita el prestamista me pago pero yo necesito esa plata por lo que me debe Ruddy: Como no me haga esto por favor. Gerardo: Lo siento a no ser Ruddy: A no ser. Qué? Entonces me acerque hacia mi cuñadita Ruddy que estaba de pie a lado del escritorio de Mirando y tomando su cabello de rizos negros dejando sus hombros rozando su piel suave de durazno con mi mano le di entender lo que deseaba con mi mirada lujuriosa. Ruddy: Gerardo por favor no seas ...
... miserable Gerardo: Ruddy es la única forma que se me ocurre para ayudarte. Colabora y yo te colaboro Ruddy: Gerardo selo pido deténgase! Para ese momento estaba manoseado delicadamente su cuerpo de Ruddy, mientras que se le escurrían las lágrimas y no hacía más que pedirme que me detuviera, pero ella era un manjar que definitivamente merecía que prosiguiera, por lo que empecé a acariciar más fuertemente los pechos de mi cuñadita, al sentirlos tan suntuosos no aguante más y se los saque del vestido para apretarlos con mis manos inicialmente, pero eran tan generosos que no soporte las ganas de clavarme en sus tetas como niño hambriento para besar, chupar insaciablemente su tetas como juguetes nuevos. Mientras tanto Ruddy visiblemente desconcertada con sus ojos llorosos me permitió degustar plenamente pero eso me llevo a lo inevitable le ordene: Gerardo: Vamos voltéate. Quieta! Y aunque trato de resistirse Ruddy, rudamente la obligue a que se volteara y colocara sus manos sobre el escritorio de su esposo allí subí su vestido sin darme cuenta tal vez de las mismas ganas saque mi pene la pretina de mi pantalón, que estaba completamente erecto por lo que con premura fui acomodárselo a Ruddy para penetrarla, por lo que trato de rechazarme pero me toco a la fuerza doblarla contra el escritorio y crudamente sin importar sus ruegos le enterré mi verga, luego solo fue vigor de mi parte pujaba y pujaba una que otra vez con rabia le decía; Gerardo: Vamos ramera un gemido, vamos… Estaba ...